Actualización: junio 13, 2025
Lo que daría un paso a una nueva especie de protoprimates (Purgatorius y arborícolas), que terminarían evolucionando en el Propliopithecus zeuxis, el representante más conocido de la orden de los primates hasta culminar en el primate superior, conocido como el Ardipithecus Ramidus.
Luego con la falla en el valle del Rift, es cuando los homínidos se separan definitivamente de los primates superiores, esto gracias a que evolucionaron de acuerdo al modelo alopátrida, segun el cual, probablemente el bipedismo sería un factor clave en el desarrollo de su cerebro y su nueva adaptación. Permitiéndoles salir de África y explorar otros continentes…
Más allá del valle del Rift: los homínidos se separan de los primates superiores
Una situación que llevaría a que aquellos ejemplares del Ardi que continuaron viviendo en el “lado Este”, empezaran a cambiar radicalmente y adaptarse a su nuevo ecosistema.
Algo muy diferente a las especies de Ardipithecus Ramidus que habitaban al Oeste del Rift, que continuaron gozando con las condiciones climáticas tropicales, con abundante lluvia y una temperatura cálida con pocas variaciones, que permitiría que se conservara su gran vegetación. Siendo aprovechada por sus descendientes más directos, es decir los actuales chimpancés, gorilas y orangutanes entre otros.
Es así como llegamos a una turbulenta era que empujó la evolución de los humanos, para finales del Mioceno (23 ma – 5 ma), que tendría lugar en lo que hoy conocemos como el gran del Valle del Rift, o la cuna de la humanidad.
Todo inicia con un gran enfriamiento que termina afectando el clima de África, ya que las corrientes de aire frío y menos húmedo en verano empezaron a perjudicar los bosques tropicales del este del continente y a favorecer la extensión de los espacios abiertos de sabana. Llevando a conformar la gran falla del Rift y dando como resultado la elevación de África Oriental con la formación de cadenas montañosas, las cuales fueron impidiendo que los vientos alisos, mezclados con los procedentes del Atlántico, descargaran como lo habían venido haciendo hasta el momento, produciendo un desecamiento del Este del continente Africano y la expansión de los espacios abiertos de sabana.
Una explicación bien sustentada sobre esta falla natural fue la descrita por el paleontólogo francés Yves Coppens, quien explicaba que hace alrededor de 8 millones de años, una crisis tectónica (deformación de la corteza terrestre) produjo el gran Valle del Rift, lo que daría origen a un clima húmedo, que mantuvo a los ecosistemas selváticos de la cuenca del rio Congo, y al Este un clima seco que origino las sabanas, caracterizadas por un estrato herbáceo y unos pocos arboles diseminados.
Con aquel planteamiento Coppens daba pie a su teoría “East Side Story (historia del lado este)”; llegando a las mismas conclusiones que algunos investigadores y científicos interesados por el eslabón perdido del origen del Hombre (homo). Pues resulta que aquellas especies de primates superiores (homínidos) que habitaban en la parte del Este de África, fueron las que debieron soportar con aquel cambio de clima, verificándose en algunos de ellos las mutaciones que condujeron a la aparición de nuevas especies, que estarían cada vez más cercanas a la nuestra.
Un proceso que les llevaría un tiempo, en donde aquellos primates superiores dejarían los árboles y bajarían a la tierra para ubicar nuevas fuentes de alimentos. Hablamos específicamente de la hipótesis del descenso de los árboles, que sugiere que esta especie de animales tuvo que enfrentar su nuevo hábitat y bajar al suelo, volviéndose más vulnerables, pero así mismo mejorando la capacidad de incorporarse sobre las patas traseras para ver mejor su entorno. Algo que les evitó inicialmente ser presa fácil de los depredadores y por otro lado desplazarse de un árbol a otro o recurrir a otro tipo de alimentos del que normalmente estaban acostumbrados.
Obteniendo en este proceso una nueva evolución derivadas del cambio de clima, la vegetación y las nuevas fuentes de alimento, que inicialmente determinarían nuevas variaciones morfológicas y sociales, que los separarían de los primates superiores para venir a conformar la verdadera especie de homínidos. Que empezaron a cambiar su dieta alimenticia, gracias a sus nuevos recorridos por las sabanas, encontrando alimentos más duros como las raíces y semillas que les harían desarrollar una dentadura más potente, originándose la línea evolutiva de los Parantropos y los Australopithecus, de cráneos robustos ocasionados por la especialización alimentaria.
Estos nuevos homínidos empezarían a perder el pelaje corporal y su cola, pues la postura erguida que empezaron a utilizar, les ayudo a reducir el área expuesta a los rayos solares y aumentar la refrigeración corporal. Este nuevo mecanismo de caminar y mantener la postura erguida, fue el que se conoció como bipedismo, que les facilito escudriñar el territorio, dado que la hierba de la sabana era muy alta, alcanzando una altura incluso de mas de 1 metro. Teniendo así un mayor control visual del territorio y un ahorro energía en sus trayectos. liberando sus extremidades anteriores por completo para ser utilizadas en la manipulación de objetos, lo cual, a su vez, propicio el desarrollo cerebral, mejorando su habilidad por completo como especie.
Fue entonces en la edad del Plioceno que aparece el primer homínido bípedo, llamado Australopithecus, con el cual se originarían los primeros especímenes del género Homo. Y el cual tendría así una cierta diversidad, con varias especies coexistiendo a la vez. Ubicando entre ellas: al Australopithecus Anamensis y el Australopithecus Afarensis, que serían catalogados por algunos investigadores y científicos con un género aparte llamado Paranthropus, por el tamaño de sus colmillos y su cara plana.
Dicha especie vivió para aquella época en Kenia y Etiopía, y mantenían un tamaño similar al de los monos, con una una combinación de morfología humana y simiesca. Un cráneo algo pequeño, de 365-370 cc, similar al de los primates superiores más antiguos como Sahelanthropus tchadensis o Ardipithecus Ramidus.
De ambas especies la que duraría más tiempo, sería el Australopithecus Afarensis que ya caminaba de forma bípeda y que había cambiado totalmente la dieta de sus antepasados, incluyendo vegetales que requerían una masticación algo mas intensa e incrementando la carnívora, recogiendo insectos, gusanos, pequeños animales, huevos, miel, lagos, moluscos, peces y crustáceos entre otros.
Del Afarensis es que se halla el fósil más famoso del mundo (Lucy), encontrado en la región de Afar, en Etiopía. Obteniendo el esqueleto más completo: con un 40% de huesos (52) que se habían preservado. Que indicaban que era una mujer adulta de 20 años de edad, que medía un metro de estatura y que había muerto al caer de un árbol de 12 metros de altura.
Este homínido primatoide ya tenia un germen de creatividad genial, el élan genético, o fuerza e impulso genético, que le permitió no estancarse ante las adversidades. Hasta llegar al Australopithecus Africanus (mono del sur de África) que era anatómicamente similar al Afarensis, pero en comparación con este, tenía un cráneo más redondo que albergaba un cerebro más grande y dientes más pequeños.
Llegando finalmente a desaparecer debido a un cambio climático que produjo un gradual enfriamiento y aridificación de los ecosistemas africanos, ocasionando que esta especie dejara de existir y diera paso a las demás: como la bahrelghazali, deyiremeda, gharni y el Australopithecus sediba, que luego de unos millones de años más, evolucionaría para convertirse en el género Homo. Siendo hasta el momento el antepasado más probable de la línea que condujo hasta los seres humanos.
El proceso de homonización hasta los humanos modernos (sapiens, neandertales y denisovanos)
Teniendo como resultado el género Homo, acuñado por Linneo, para diferenciar a la superfamilia Hominoidea actual, que abarcaba no solo a los Homo sapiens sino también a Homo troglodytes, una especie que incluía tanto a chimpancés como a orangutanes.
Teniendo así una clara clasificación que hacía referencia a las las especies consideradas humanas o que llevan el apelativo de “hombre”.
Este género Homo, se diferenciaba de sus antecesores por tener tamaños cerebrales superiores a los 600 cc, lo que les permitió desarrollar mejor sus capacidades cognitivas y su inteligencia.
En cuanto a su anatomía el tamaño de su mandíbula disminuyo, al igual que sus dientes, especialmente los premolares y molares. Los cuales conservaron su esmalte dentario grueso, al incluir dentro de su dieta carne, pues empezaron a alimentarse también de animales muertos que descuartizaban con piedras de cuarzo. Convirtiéndose en omnívoros y carroñeros que aprovechaban lo que dejaban otros depredadores para su propio bienestar.
Estos continuaron con el bipedismo, pero ya su posición era más erguida, adquiriendo curvaturas en su columna vertebral, que les permitiría soportar mejor el peso de la parte superior de su cuerpo.
Esta gran transición tuvo sus inicios entre los 2,5 y 2 millones de años, antes de que se produjera la extinción de los Australopithecus, dando espacio a este nuevo homínido, que tenía el doble de capacidad craneal que estos, tenía la frente mas convexa y el arco supraorbitario menos pronunciado, con una cara alta y una mandíbula que era menos espesa. Estos homínidos serían conocidos como los Homo habilis, apareciendo en la mitad del periodo del Pleistoceno, habitando las mismas zonas del sureste de África, al igual que los Paranthropus Boisei y los Australopitecos en especial de los Afensis y Africanus.
La diferencia fue que estos lograron adaptarse mejor al clima extremadamente seco, mejorando su forma de alimentarse, lo que le ayudo aumentar su capacidad craneal. Y de igual forma poder adaptarse sin tener la necesidad de trasladarse hacia otros continentes, como lo hicieron otras especies, como el Homo ergaster que sí se marchó buscando un lugar sin sequía.
Se piensa que estos animales fueron los primeros carroñeros y sería esta la proteína clave para que el tamaño de su cerebro aumentará. Gracias a esa capacidad cognitiva fueron capaces de construir herramientas de piedra tallada, las cuales utilizarían para cazar y para realizar otras acciones del día a día. Fue esta una de las razones por lo que se le llamo Homo habilis (humano hábil), gracias a la capacidad que tenía para crear instrumentos líticos.
La habilidad que mantenían en aquel momento gracias a ese paso evolutivo dado por la bipedestación y su aumento craneal, les llevo a poder comunicarse por sonidos, sin ser aún capaces de usar el lenguaje. Esto conllevaría a que más adelante formaran una sociedad que seguía una jerarquía, siendo liderados por un macho alfa, y diferentes grupos que tendrían una tarea diferente que realizar.
Comienzan entonces a vivir en cuevas, debido a que la sequía africana estaba provocando la desaparición de gran parte de los árboles, que fueron inicialmente su refugio. Permaneciendo vivos en la tierra casi 800 mil años, mientras otros antecesores como el Homo ergaster, sí debieron salir del continente africano para buscar un sitio con condiciones más favorables para vivir, como Asia (Java y China), Europa y el Próximo Oriente (Georgia e Israel).
Un proceso que más adelante produciría la diferenciación de dos linajes: Homo erectus en Asia y Homo antecessor en Europa. Pero que eventualmente iniciaría con el Homo ergaster que se estima vivió entre 1,9 y 1,4 millones de años, en el Calabriense (Pleistoceno medio), en el mismo periodo en el que existió el Homo habilis.
Para aquel momento el Homo ergaster ya presentaba muchas mejoras genéticas, entre ellas notamos que ya no poseían el pelaje abundante del Habilis. Y en esta etapa se había terminado con el dimorfismo sexual, es decir, con las grandes diferencias de tamaño entre los machos y las hembras, teniendo ambos un tamaño y un peso similar como sucede con los humanos modernos, midiendo entre 1,60 a 1,80 metros y un peso oscilaba entre 52 y 68 kilogramos.
En cuanto a su capacidad craneal su cerebro había sufrido un aumento importante, rondando los 850 cm³. Lo que les permitió desarrollar la parte neocortex, la cual, le faculto los razonamientos ligeramente lógicos, incluyendo la imaginación y la capacidad de abstracción. Ayudándolo a desarrollar una industria lítica más avanzada que sus antecesores, fabricando hachas de piedra con lajas de doble filo ( fabricación achelense), o las herramientas bifaciales, con filo en ambas caras y una punta.
Esta habilidad cognitiva pudo facilitarle la capacidad para el lenguaje articulado, un medio clave para lograr la cooperación entre ellos, especialmente en su trabajo. Pues gracias a ello se podrían organizar mejor en sus tareas cotidianas y especializarse así mismo en cada ocupación. Mejorando la habilidad para cazar y para hacer fuego, permitiéndoles vivir en lugares más fríos y lograr una variedad de comida más amplia, al cocinar ciertos alimentos.
Llegando adaptarse fácilmente en aquel nuevo y exuberante ambiente, evolucionando y dejando de ser un Homo ergaster para transformarse en el Homo erectus. El primer homínido en tener proporciones relativamente parecidas a las humanas: más alto que sus predecesores, con piernas más largas y brazos más cortos. Manteniendo su altura, con la única diferencia de que caminarían totalmente erguidos, dotados de un sistema músculo-esquelético robusto, que los hacía ver más fuertes y vigorosos. Siendo considerado como “el primer corredor”, esto según el paleoantropólogo Andy Herries, de la Universidad La Trobe en Melbourne, Australia.
A diferencia de su antecesor el Homo erectus, poseía una capacidad craneal un poco más alta, que oscilaba entre los 900 cm³ a 1200 cm³. Un proceso que le facultó desarrollar las áreas cerebrales de Broca y de Wernicke, relacionadas con la comprensión del lenguaje respectivamente. Teniendo así la capacidad básica de generar algún tipo de protolenguaje, es decir un conjunto muy sencillo de gestos o enunciados que le facilitaran comunicarse más fácilmente. Sería este proceso de cerebrización, el que les facilitaría el desarrollo de la caza y la organización de sus clanes.
Es cuando se empiezan asociar en bandas de cazadores-recolectores, en donde ya había una clara distribución de las funciones sociales basadas en la dicotomía macho-hembra (los varones cazaban y las mujeres recolectaban).
Con el dominio del uso del fuego para calentarse, defenderse y preparar alimentos, se da inicio a una especie de civilización asociada a la protección del frío ambiental, llevándolos a habitar en cavernas y a preocupasen por abrigarse con pieles de animales.
Inicia entonces la primera dispersión de esta especie por Europa, Asia occidental, luego a Asia oriental, que incluye lo que actualmente es China e Indonesia. Hasta finalmente desaparecer a causa de su mínimo esfuerzo, que los volvió conformistas, utilizando únicamente las recursos que le otorgaba su hábitat, sin preocuparse de ir más allá por la búsqueda de alimentos o inventarse nuevas formas de conseguirlos, llevándolo a su posible extinción. Esto de acuerdo a una nueva investigación arqueológica liderada por la Universidad Nacional Australiana en el año 2014.
Desapareciendo hace 120000 años en en la isla de Java en Indonesia por el cambio climático que convirtió las áreas boscosas abiertas en una selva tropical, cambiando su fauna, es decir de pastizales a una selva tropical. Que llevo a que el Homo erectus, se dejará y no se adaptará a esos cambios, al no estar acostumbrado a esa nueve especie de plantas y animales que emergían en ese momento. Esto según un estudio realizado en el 2008 por Russell Ciochon, profesor del Departamento de Antropología de Iowa.
Un incidente que llevaría a que diversas poblaciones geográficas del Homo erectus que estaba en Europa, no sufrieran las mismas consecuencias y empezaran a divergir hacia las formas arcaicas del Homo antecessor. Una de las especies que más similitudes guarda con el humano actual, en donde podemos observar que su frente y sus cejas son muy similares, una mandíbula delgada y poco especializada, con una apariencia algo más estilizada, presentando una fosa canina, unos pómulos más ahuecados y una nariz protuberante y unos dientes algo parecido al de nosotros.
Esta especie de homínidos eran altos y fuertes, llegando a pesar entre 60-90 kg de peso. En cuanto a su cintura escapular, ya era muy similar al hombro del Homo sapiens, perdiendo un poco su capacidad para trepar con facilidad a los árboles. Pero aumentando su capacidad craneal que superaba los 1.000 cm3, que los llevo acercarse más a los primeros humanos modernos.
Este Homo antecessor tuvo algunas innovaciones tecnológicas en sus herramientas con respecto a los Homo habilis, pero no fueron capaces de dar un salto como sus vecinos africanos de la especie Homo ergaster. Lo que si se descubrió fue que estas nuevas herramientas las utilizaban para practicar el canibalismo, que le daría un aporte extra de nutrientes (proteínas) a su cerebro. Lo que indica que este grupo era muy territorial y violento, el cual defendía a muerte sus clanes ya conformados. Sería quizás una de las razones por las que dejarían de existir más adelante, agotando sus recursos o luchando entre ellos mismos.
Es entonces cuando ocurre la otra divergencia en donde algunas especies que se habían quedado en su continente logran adaptarse y la otra parte de la población de Homo antecessor sería la que dejaría África para llegar a Europa y Asia. Así, las tres poblaciones de Homo antecessor, habrían evolucionado desde su migración por separado siguiendo caminos diferentes, dando lugar a tres humanidades, los Neandertales en Europa, los Denísovanos en Asia y nuestra propia especie, los Homo sapiens en África.
Consolidando al Homo antecessor como el último ancestro común del Homo sapiens, el Homo nenaderthalensis y el Homínido de Denísova.
El hombre moderno y la expansión de la humanidad
Esta habilidad cognitiva sería la que lo llevaría a adaptarse a su cuna natal (África) o a emigrar hacia otros rincones en busca de sitios con un clima más adecuado para su supervivencia.
Por un lado el grupo de los Homo antecessor que habían llegado a habitar en Siberia y el Este de Asia. Serían los que conformaría un grupo que mas adelante se conocerían como los Denisovanos, esto por los hallazgos de sus fósiles encontrado en la cueva de Denisova, en Siberia, Rusia.
Estos presentaban algunos rasgos comunes con sus contemporáneos, los Homo sapiens y neandertales, un gran arco dental como los de los humanos modernos. Y una apariencia muy similar con los neandertales, incluida la frente inclinada, la cara larga y la pelvis grande.
En cuanto a su capacidad craneal no se tiene una estimación precisa pero se cree que era similar a la de los neandertales.
Según estudios científicos los Homínidos de Denísova vivieron a una gran altura en el Tíbet, transmitiendo un gen que ayudaría a su especie a hacer frente a elevaciones similares. Se trataría del gen EPAS1 que los tibetanos y sherpas modernos heredaron. El cual les permitía adaptarse mejor a altitudes elevadas, protegiéndolos de la hipoxia (una condición en la que los tejidos del cuerpo se ven privados de oxígeno).
Lo que les llevo a tener un sistema inmunológico que estuvo parcialmente codificado (y reforzado), pero que no fue suficiente para lograr sobrevivir en condiciones tan extremas en donde la alimentación pudo haber sido escaza, llegando a desaparecer hace unos 50.000 años.
La otra migración tuvo que ver con el otro grupo de Homo antecessor que se establecieron en Europa hace 800.000 años evolucionando hacia el Homo Heidelbergensis, que a su vez daría lugar al Homo nenadertalensis (único homínido que se originó en Europa, donde vivió desde hace 230.000 años hasta hace 28.000).
El Homo nenaderthal era más fuerte que le Homo sapiens, teniendo así un pecho y una cadera más corta. A pesar de esta robustez, tenían extremidades más cortas. En cuanto al aspecto de su rostro tenía: una nariz prominente, pómulos hundíos, frente más alta, los dientes pequeños y la barbilla pronunciada. Su capacidad craneal era algo superior a la del Homo sapiens, con un tamaño aproximado de entre 1.500 y 1.600 cm³, pero con un cerebelo reducido lo que les dificultaba la capacidad cognitiva y social, razón por la cual no se adaptaban tan fácilmente a los cambios del entorno.
Resulta que la región frontal de su cerebro, encargada del habla y el lenguaje, estaba menos desarrollada, mientras que la parte posterior de su cerebro, que se ocupa de los sentidos, estaba más avanzada. Lo que le llevo a sobrevivir los cambios bruscos del clima y así mismo no ser presa fácil de sus depredadores.
Su anatomía derivada de la adaptación a su nuevo hábitat le llevo a resistir las duras glaciaciones de su época. Esto en gran parte a su nariz prominente y a su capacidad de enfrentar sagazmente las adversidades de un entorno hostil. Llevándolo a organizar sociedades complejas, mejorar sus herramientas, crear arte abstracto y hasta cuidar de sus enfermos o rendir culto a sus muertos.
Hasta la inminente llegada de su extinción que según algunas investigaciones de la revista Scientific Reports, pudo haber sido causada por su cerebro grande, que le llevo a que algunas zonas se desarrollaran más que otras, dejando el lóbulo frontal izquierdo más reducido, que en aquel momento sería esencial para controlar su lenguaje y la articulación de sus palabras, es decir para poder tomar decisiones cruciales para su supervivencia. Sin contar con una posible mutación que les llevo a tener el 40% menos de probabilidades de reproducirse y transmitir sus genes a la siguiente generación. Llegando a desparecer hace entre 40.000 y 30.000 años, poco después de la llegada del Homo sapiens al continente.
Entrando en el escenario el Homo sapiens, que fue evolucionando en el continente africano hace 100.000 años con su ancestro común el Homo antecessor, del cual surge una nueva especie conocida como el Homo Rodhesiensis, que finalmente culmina con la aparición del hombre sabio (sapiens). Que ya contaría con la capacidad de razonar y de aproximarse a las conductas humanas actuales, incluidas las sociales.
Esto en gran parte a su capacidad craneal que oscilaba entre los 1200—1400 cc, que fue determinante para que se formara el gen FOXP2, el cual estaba ligado a la capacidad de entender el lenguaje complejo, que le significo una ventaja comparativa con las demás especies. Pudiendo comunicarse más fácilmente con su tribu, aprendiendo a tener más consciencia y a ser más razonable al tomar sus decisiones.
En cuanto a su apariencia este seguía patrones exclusivos de nuestra especie que hacen que la cara sea vertical, más pequeña y estrecha, dando espacio a un cerebro más desarrollado como el del hombre moderno. En cuanto a su anatomía, sus piernas eran relativamente más largas que los brazos y dirigidas hacia dentro, de modo que quedaban bajo el centro de gravedad. Su columna vertebral tendría una curvatura que le ayudaría a mejorar su estabilidad. El foramen magnum estaría desplazado hacia el frente, facilitando mirar hacia adelante al estar de pie, finalizando con unas modificaciones en sus pies que le facilitaría la carrera y la característica de “pinza” que suponía la configuración opuesta de los pulgares de ambas manos.
Sería el Homo sapiens que aprovecharía las distintas regiones africanas (Marruecos, Etiopía, Sudáfrica), que iban desde selvas tropicales hasta desiertos. Hasta que más adelante llega la era glacial, que se agrava con la enorme explosión volcánica en la isla de Sumatra, que vuelve a cubrir la tierra con un manto de ceniza, llevando a que precisamente gran parte de la población de los Homo sapiens se reduzca, hasta seguramente llegar a unas 1000 parejas.
Llegando así a lo que los científicos Axel Timmermann y Tobias Friedrich, proponían en sus estudios, que la dispersión del Homo sapiens fuera de África estuvo probablemente marcada por varios cambios climáticos, marcados por climas helados, llevando a identificar cuatro migraciones que ocurrieron en cuatro períodos diferentes.
El Homo sapiens sapiens y sus últimas migraciones (el Estrecho de Bering)
Esto llevaría a que en algunos Homo sapiens se empezarán a dar nuevas migraciones ocasionadas por la búsqueda de comida, la exploración de nuevos territorios y la lucha territorial por la supervivencia. Pues en este contexto las disputas morales y sociales se hicieron más frecuentes y fue más fácil encontrar aliados con los que huir de las represalias e iniciar nuevas expediciones de colonización, facilitadas por las nuevas técnicas de caza.
Otros en cambio iniciaron el Out of África y la expansión humana por todo el planeta, incluyendo lugares distantes, arriesgados e inhóspitos, cruzando grandes ríos, desiertos e incluso brazos de mar. Esto aprovechando las condiciones climáticas favorables que influyeron en la secuencia de los asentamientos del Homo sapiens, el Neandertal y los Denosivos, en el Levante mediterráneo, como su primer paso en su camino hacia Asia y Europa.
Hasta finalmente llegar a dos sendas distintas: la primera, llamada ruta del norte, la cual indica que los hombre modernos cruzaron por el norte de Egipto y la Península de Sinaí; mientras que la segunda, denominada ruta del sur, implica atravesar el estrecho de Mandeb hasta Yemen, en el sur de la Península Arábica.
Siendo considera como más valida la salida a través de la Península de Sinaí al tratarse del único paso de tierra existente, y por ello sería la ruta mayoritaria para abandonar África. Mientras que por la otra ruta, se requería atravesar el Mar Rojo, lo que habría hecho necesario algún tipo de balsa o barcaza, y por tanto teniendo menos aceptación, pues no existían pruebas de que los humanos de aquella época las construyesen.
Aquellas hipótesis se sustentaron en los cambios geográficos ocurridos durante la era glacial o la última era de frío (Dryas Reciente), que hicieron descender el nivel de las aguas marinas, abriendo pasos firmes entre África y Asia a través del mar Rojo y el sur de Arabia. Y por otro lado provocando la expansión de los hielos en todo la Tierra, que llegarían a alcanzar las latitudes templadas de Asia, Europa y América del Norte.
Posteriormente se daría la otra migración hacia el sudoeste llegando a Australia, por un lado, y por otro lado hacia el norte hasta Siberia. Durante toda esa etapa fue que los Homo sapiens se introdujeron en un nuevo tipo de cultura, encontrando así las primeras grandes expresiones artísticas, el llamado arte prehistórico, como las pinturas rupestres. Así mismo aprendieron a confeccionar sus ropas con pieles preparadas, lo que les permitió internarse en las frías regiones del Asia Central.
En estas circunstancias el Homo sapiens había adquirido el desarrollo de una capacidad de pensamiento complejo, que le permitió ser más inteligente a la hora de fabricar herramientas o mejorar la forma de cazar. Fue así como pudo enfrentarse en hordas de 15 a 30 hombres, a la caza de grandes animales, como el mamut y el oso de las cavernas. Para lo cual empezó a incluir en su caza las trampas, arcos, flechas y canoas para la pesca.
Todos estas innovaciones la aplicarían para el desarrollo de la agricultura y la subsecuente creación de aldeas que serían el inicio de las primeras comunidades bien organizadas. Llegando exactamente a una fecha que oscila entre los 40 mil y 30 mil años aproximadamente, en donde aparece el Homo Sapiens-Sapiens, la evolución al hombre moderno, actual, que comenzó a dominar y a reemplazar al Homo sapiens africano, a los Neanderthales, el Denisovano y al descendiente del Hombre de Java y otras “poblaciones fantasmas”, grupos con quienes tal vez pudieron llegar a cruzarse y formar así el código genético del hombre moderno actual.
Tiempo después hace 17.000 años termina entonces la glaciación de Würm, el clima se estabiliza y la temperatura se eleva, el planeta comienza a disfrutar de una primavera global pero con altibajos y las migraciones, que ya se venían produciendo, se dinamizan más. Por un lado las capas de hielo de los polos se derriten, las aguas suben de nivel y se calientan, al subir la temperatura general se evapora más agua y da lugar a lluvias regulares y a ciclos estacionales. Aumenta entonces la biodiversidad lo cual permite que los clanes cazadores-recolectores se beneficiarán.
Todas estas migraciones y estancias en diferentes partes del continente provocaron las brechas genéticas como los ecotipos (razas o etnias) producidos por los cambios geológicos y climáticos, que coinciden propiamente con las brechas lingüísticas y culturales.
El cruce existente entre los Homo sapiens que viajaron desde África a Europa y Asia, llevo a que en un momento se cruzaran con las poblaciones neandertales que tenían en una buena proporción individuos con pieles, pelos e iris de los ojos claros. Y sería esta hibridación, la que permitió que algunos Homo sapiens adquirieran los genes que se habían seleccionado en los neandertales para mantener los niveles adecuados de vitamina D en ambientes con poca incidencia de la radiación ultravioleta. Es decir que el 70 % de los alelos del gen MC1R que aclararon la piel en los neandertales pasaron a los H. Sapiens no africanos y eso los protegió, aunque tuvieran un origen africano reciente.
Produciéndose así la la diferenciación racial de la humanidad en Europa, dejando atrás al Homo sapiens negroide, para dar paso al Homo sapiens sapiens, del que se deriva una especie conocida como el Cro-magnon, como un prototipo de leucodermo (raza blanca). Y más adelante se empezarían a reconocer por lo menos cuatro categorías raciales fundamentales: negroide, caucasoide, mongoloide, australoide.
En cuanto a la brecha lingüística y cultural se empieza a destacar entre los Homo sapiens sapiens el lenguaje hablado, esa manera de hablar entre cada pequeño grupo humano se va diferenciando muy paulatinamente de la protolengua, dando espacio a la formación de las distintas lenguas.
Con el fin de la glaciación entre los años 14.000 a 12.000 las aguas subieron nuevamente y se produjo la inundación que marcó la creación del estrecho de Bering o «puente de Beringia» que separa América de Asia.
Llegando a la teoría del poblamiento temprano, a veces denominada fuera de Bering (out of Bering), al menos como ruta de la primera migración humana. En donde la última era de hielo, provoca el descenso del nivel del mar por lo que quedó al descubierto el puente terrestre de Beringia. Que según algunas investigaciones propuestas por el antropólogo Hrdlicka, los primeros en cruzarlo serían cazadores asiáticos de la especie de Homo sapiens sapiens, que en busca de nuevas fuentes de alimento y recursos lo utilizarían para acceder al Nuevo Mundo.
Partiendo inicialmente desde la Siberia (noreste de Asia) para llegar finalmente a Alaska (norte de América), utilizando como medio de paso el actual Estrecho de Bering. Realizando varias oleadas migratorias hasta el 10 mil a.C. Llegando a caminar casi unos 1.500 km hasta llegar especialmente a un continente que le ofrecía las condiciones climáticas favorables y una gran biodiversidad que le permitió adaptarse fácilmente.
Para después de todo llegar a Sudamérica por El Darién (Panamá), siendo esta la última región continental del mundo en ser ocupada por el Homo sapiens sapiens. En donde aprovecharían un período climático excepcional provisto de una buena fauna y flora, invadida por un grupo de plantas llamadas gramíneas (pastos) y una configuración de un clima global con estaciones periódicas, que permitieron el crecimiento de plantas anuales, como el maíz, el trigo o la cebada, cuyas semillas y algunos tubérculos, posibilitó a los recolectores tener comida extra para almacenar, cultivar y establecerse en sus primeras aldeas.
Llegando a un periodo conocido como la revolución neolítica, en donde los Homo sapiens sapiens cazadores y recolectores en comunidades móviles, empiezan a cultivar la tierra, a domesticar animales y a establecerse en sedes estables. Creando los primeros pueblos o núcleos como el de Jericó hace 8000 a.c con unos 2000 habitantes. Los cuales perfeccionar las armas líticas, el arte rupestre, el lenguaje, la caza, el cultivo y su colectividad.
Aparecieron así las primeras sociedades formadas por bandas y aldeas que fueron tomando formas de poder y organización social. Algunas comunidades pasarían a ser gobernadas por jefes y reyes; y así mismo empezarían a estar vinculados con algunas especies de creencias, rituales y conocimiento profundos (Anunnaki) para su posterior avance. Dando lugar así a las primeras civilizaciones: Sumerios, Acadios, Babilonios y Asirios; hasta llegar a las mas conocidas la mesopotámica, egipcia, persa, China, Inca, Maya y Chibcha entre otras.
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