Luego, en bodega, la destreza del enólogo guía el proceso para expresar todo ese potencial. Para evaluarla, los expertos analizan una tríada de atributos: visuales (limpieza, intensidad y matiz del color), olfativos (la complejidad y limpieza de sus aromas, que pueden evocar frutas, especias, notas florales, minerales o tostadas) y gustativos (el equilibrio en boca). Precisamente, conocer las cepas o variedades utilizadas es crucial, ya que cada una aporta una personalidad distinta; una mezcla o coupage busca armonizar las mejores cualidades de cada una para crear un vino más redondo y complejo.

En cuanto a su composición y sabor, el vino tinto es una bebida de una asombrosa complejidad química. Los hollejos de la uva no solo le dan color, sino que le aportan los compuestos clave que definen su textura y sabor: los taninos. Estas sustancias, que se perciben como una sensación de sequedad y amargor agradable en las encías y la lengua, son esenciales. Proporcionan estructura, actúan como conservantes naturales que permiten su envejecimiento y, además, son los principales responsables de los beneficios cardiovasculares que se le atribuyen al consumo moderado de vino tinto. Junto a los taninos, otros componentes como los antocianos (color), y una amplia gama de ácidos y azúcares residuales, trabajan en conjunto para crear un perfil de sabor equilibrado entre la fruta, la acidez, la alcoholización y el cuerpo.

Lo que más sobresale de un vino tinto a la hora de probarlo es, sin duda, su estructura en boca. Es una experiencia sensorial completa que comienza con los aromas que preparan al paladar, sigue con el primer sorbo donde se despliegan los sabores frutales o especiados, y culmina con el final o retrogusto, donde la presencia de los taninos de calidad se manifiesta con una textura sedosa y aterciopelada, y una persistencia que invita a seguir bebiendo. Es esta combinación de potencia y elegancia, fruto de la maceración con los hollejos, lo que distingue al vino tinto, ofreciendo una profundidad y una capacidad de evolución en la copa que lo convierten en una experiencia siempre fascinante.