Actualización: junio 13, 2025
Encontrando así algunas teorías científicas y ortodoxas que mejor han sido aceptadas por la comunidad de la ciencia y el público en general.
1. La teoría del Creacionismo o el Fijísmo
2. Teoría de la Generación Espontanea (Teoría Abiogenésica)
3. La teoría de la Evolución (1859).
4. Teoría de la Biogénesis (1887)
5. La teoría de la Panspermia (1903)
6. Teoría de la Evolución Química (1920)
7. Teoría Sintética de la Evolución (Neodarwinismo 1930-1950)
8. Teoría Hidrotérmica (1977)
9. La hipótesis del mundo del RNA (1986)
10. Teoría del Diseño Inteligente (1990)
1. Teoría del Creacionismo o Fijismo
Teniendo claro que durante el Génesis, Dios crea al Hombre en el sexto día, usando barro y agua, que vendría a contener moléculas orgánicas complejas que emergieron gradualmente de cristales de arcilla y capas de limo, quizás como aseguraba A. Graham Cairns-Smith en su hipótesis publicada en 1985.
Luego aquel diseñador inteligente (Dios) moldea la figura escultural del hombre con aquel barro primigenio, da un sopló en su nariz para despertarlo a la vida. Haciendo del hombre un ser espiritual, con la capacidad de servir y tener comunión con Dios.
Luego procede a crearle una compañera que este a su misma altura, razón por la cual Dios decide tomar una de las costillas de Adán. Poco después de Dios haber creado al hombre a su imagen y semejanza, es cuando le concede la autoridad sobre la Tierra y sobre todos los organismos vivientes en ese momento en el Jardín del Edén, antes de llegar a la otra parte de la historia que ya conocemos, que es cuando deciden desobedecer y perder por ende la santidad (inmortalidad).
2. Teoría de la generación espontanea (Abiogenésica)
Una creencia que se debió en gran parte a la observación común de que los gusanos o el moho, que parecían surgir espontáneamente cuando la materia orgánica se dejaba expuesta. Pensando así que los organismos vivos podían surgir espontáneamente a partir de la materia orgánica en descomposición.
Fue así que en la época del Siglo XVII la mayoría de los científicos creían en la generación espontanea y tan solo unos pocos la negaban. En ese momento lo que buscaban resolver era sí los microbios provenían de materiales inertes como caldos de carne, sin necesidad de progenitores o si se originaban de microorganismos que de algún modo se habían introducido en ellos.
Aparecería entonces en el escenario un personaje que les resolvería esa duda, el científico italiano Francesco Redi, quien llevo a cabo una serie de experimentos con carne y moscas, demostrando que los gusanos que aparecían en la carne no surgían de manera espontánea, sino que provenían de huevos depositados por las moscas. Estos experimentos fueron un paso importante en la refutación de la teoría de la generación espontánea, como el realizado por el sacerdote católico y naturalista Lázaro Spallanzani en el año 1769.
El experimentó consistió en colocar el caldo de carne en dos envases, luego de haberlos calentado y sellado herméticamente a una temperatura alta que pudiese matar los microorganismos existentes. Demostrando así que los microorganismos no nacían espontáneamente de la materia, sino que provenían de otros microorganismos.
Llegando entonces a una época en la que la Academia de Francia, ofrecería un premio a quien pudiese demostrar con suficientes pruebas, sí existía o no la generación espontánea. Sería en esa instancia cuando entraba el último gran refutador de esta teoría, el químico y biólogo francés, Louis Pasteur (1822-1895), quien propuso poner fin a este mito. Realizando una serie de sencillos e ingeniosos experimentos, en donde uso dos frascos con cuello de cisne, permitiendo que el aire entrara al frasco. Luego en cada uno de ello introdujo una cantidad igual de caldo de carne y los hirvió para esterilizarlos. Pasado un tiempo observo que en ninguno de los frascos crecieron microorganismos, así que cortó el cuello de unos de los envases. Y noto que aquel matraz con el cuello cortado fue el que desarrolló microorganismos en su caldo un tiempo después de ser cortado. Demostrando con aquel experimento que todo ser vivo procede de otro ser vivo anterior (Omne vivum ex vivo). Invalidando así totalmente la Teoría de la generación espontánea.
Años después, Pasteur descubre una técnica conocida como pasteurización, un invento que permite esterilizar parcialmente productos alimenticios fermentables, para inhibir la proliferación microbiana. Y luego junto a Claude Bernard, idean un proceso térmico aplicable a los líquidos para eliminar la presencia de microorganismos patógenos como mohos, bacterias, protozoo o levaduras.
Una técnica que tras el rápido calentamiento del líquido, se enfría a gran velocidad para eliminar los microorganismos y garantizar su seguridad. Pues de este modo, no se altera su estructura física, sus propiedades, sus vitaminas ni sus elementos químicos.
3. Teoría de la Evolución (Charles Darwin)
4. Teoría de la Biogénesis
Tiempo después de refutar la teoría de la abiogénesis que sostenía lo contrario, que ciertas formas de vida surgían de manera espontánea a partir de materia orgánica e inorgánica. Es cuando la teoría de la biogénesis empieza a considerarse válida, exactamente para el año 1887 después de que John Tyndall comprobase que los experimentos de Louis Pasteur eran correctos y que la generación espontánea no era posible.
Hoy en día dicha investigación ha servido para explorar y comprender los procesos de evolución y el desarrollo de los seres vivos. Desarrollando nuevas técnicas y enfoques que permiten estudiar la diversidad genética y los mecanismos de la herencia en diferentes especies. Comprendiendo cómo se forman las moléculas biológicas, como los ácidos nucleicos y las proteínas, a partir de elementos químicos simples.
De igual forma ha motivado el estudio de los mecanismos moleculares implicados en la formación de enfermedades, así como la búsqueda de posibles aplicaciones en medicina, biotecnología y bioingeniería. Ya que mediante la ingeniería genética y la manipulación de organismos vivos, sería posible diseñar nuevos microorganismos o células que produzcan proteínas terapéuticas de interés médico. O así mismo productos biológicos que puedan ser utilizados para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, las enfermedades autoinmunes o las enfermedades genéticas.
5. La teoría de la Panspermia (exogénesis)
Pensamientos ortodoxos que llevaron más adelante a generar dos variantes que se basaban en el mismo principio, que el origen de la vida procedía del exterior (exogénesis). Sería una de las primeras teorías que nos afirmaba que la vida no se originó en la tierra, sino que provenía de otra parte del universo. Y que una lluvia de material procedente de cometas se precipitó sobre la tierra trayendo consigo cantidades insignificantes de moléculas orgánicas complejas similares a unas sustancias bituminosas de color negro – Black Goo (solidas, viscosas y dúctiles que con el calor se las puede ablandar) que tras reacciones iniciadas por irradiación por la luz ultravioleta por ejemplo podían generar vida.
La otra teoría tenía que ver con la Panspermia y uno de los primeros autores que escribiría sobre el tema sería Benoît de Maillet, que para el año 1743 en uno de sus trabajos postularía que la vida en la Tierra fue “sembrada” por gérmenes provenientes del espacio que cayeron en los océanos, rechazando de esta forma la teoría de la abiogénesis.
En el año En 1745, el científico francés Georges-Louis Leclerc propondría que los microorganismos podrían haber llegado a la Tierra desde el espacio. Sugiriendo además que las esporas podrían haber sido transportadas por los cometas y haber encontrado un ambiente propicio para crecer en nuestro planeta.
Con el tiempo llegarían otros autores que le darían más peso aquella teoría, como por ejemplo, Sales-Guyon de Montlivault que describió en 1821 cómo unas semillas que habían caído de la Luna llevaron por primera vez la vida a la Tierra.
Para la década de 1830, el químico sueco Jöns Jacob Berzelius confirmó en su artículo que se habían encontrado compuestos de carbono en ciertos meteoritos «caídos del cielo». Abriendo el interés de muchos más investigadores y escritores; así como algún tipo de especulaciones o hipótesis que avalaban dicha teoría.
Llegaría entonces la época en que algunos científicos revisarían aquella teoría, entre ellos, Jons Jacob Berzelius, Lord Kevin (William Thomson) en 1871 y Svante Arrhenius en 1903. Quien enunciaría finalmente la hipótesis de la panspermia (semillas en todas partes), en donde Arrhenius sugería que las semillas microscópicas (esporas bacterianas) de vida que existen en todo el universo son capaces de viajar por el espacio, de planeta en planeta o de sistema solar en sistema solar. Llegando incluso a calcular el tiempo que tardaría una espora terrestre en alcanzar Plutón: cuatro meses. O llegar a Alfa de Centauro en tan solo 7000 años.
Con el tiempo llegarían los detractores de aquella teoría pues consideraban que ninguna forma de vida terrestres podría resistir las radiaciones cósmicas ni las altas temperaturas que se generaban al entrar los meteoritos en la atmósfera terrestre. Entre ellos se destacó el biólogo Paul Becquerel, quien demostró que estos organismos se destruían en las condiciones extremas de radiación UV y bajas temperaturas. Dejando una brecha en esta hipótesis, pues se han conocido algunas especies de Bacterias Extremófilas que viven en condiciones extremas, es decir condiciones muy diferentes a las que viven la mayoría de las formas de vida en la Tierra.
Aparecen entonces nuevos personajes que defendieron a capa y espada dicha teoría, que a través de sus nuevas investigaciones darían quizás con el eslabón perdido, que les ayudaría a consolidar dicha hipótesis y aumentar así su aceptación. Entre ellos encontramos a quienes serían considerados como los padres de la Panspermia Moderna, el astro-biólogo británico, Chandra Wickramasinghe y el astrofísico inglés Fred Hoyle, quienes defendieron que las primeras formas de vida llegaron a la Tierra desde el espacio y que, gracias a los cometas, la vida pudo extenderse por el Universo. Una hipótesis que surgió como resultado de sus investigaciones con el meteorito que cayó en Sri Lanka en el 2012. En el cual hallaron algas fosilizadas similares a varios fósiles terrestres de microorganismos que fechan desde hace aproximadamente 55 millones de años.
Llegando entonces a varias teorías derivadas de la Panspermia (Teoría cosmozoica) que defienden algunos científicos como el origen de la vida en la Tierra. Encontrando entre ellas:
– Panspermia interplanetaria, interestelar o balística. Esta teoría fue formulada por dos físicos de Harvard (Amir Siraj y Avi Loeb), quienes afirman que los cometas podrían haber llevado organismos terrestres hasta planetas habitables de otros sistemas solares. Llevando a que la Tierra, Marte y Venus intercambiaran un montón de material cuando el Sistema Solar todavía era joven.
– Panspermia galáctica. En donde varios investigadores sugieren que la vida se dispersa por la galaxia a través de microorganismos, virus, bacterias y quizás huevos de animales que podrían haber llegado a la Tierra procedentes de otros lugares y haber fecundado. Pues dichos microorganismos serían como los precursores químicos de la vida (los llamados ladrillos de la vida) capaces de sobrevivir a las duras condiciones del espacio y ser, de este modo, transportados de un sistema estelar a otro, hasta finalmente aterrizar accidentalmente en un planeta con las condiciones favorables para la vida.
– La litopanspermia. La cual defiende que las formas básicas de vida se distribuyen por todo el Universo en fragmentos planetarios, expulsados por erupciones volcánicas o colisiones de asteroides. Tal cual lo habían pensando Chandra Wickramasinghe y Fred Hoyle anteriormente, proponiendo que la vida llegó a nuestro planeta en el interior de meteoritos provenientes de Marte.
– La Panspermia dirigida. Que sostiene que la vida en nuestro planeta se extendió a propósito por la vida ya establecida e inteligente. Es decir que hubo un transporte intencionado de microorganismos a través del espacio que serían dirigido hacia la Tierra con la finalidad de iniciar la vida.
Teniendo como precursor de dicha teoría el ganador del premio Nobel Francis Crick, junto con Leslie Orgel, quienes propusieron que la vida pudo haber sido diseminada (sembrada) intencionalmente por una civilización extraterrestre avanzada. Y para respaldar la debilidad de su teoría propuso que aquellos microorganismos extraterrestres trasplantados, en realidad habían viajado a la tierra dentro de la cascara protectora de una nave extraterrestre. Y los habían dejado caer dentro del océano primitivo para que empezaran a multiplicarse y dar vida.
Solo le faltaba algo por resolver en su teoría y ocurre tras su descubrimiento de la estructura del ADN, en donde se pregunto cómo el material genético (ácidos nucleicos, como ADN o ARN) y el mecanismo que permite su perpetuación (proteínas llamadas enzimas) surgieron al mismo tiempo y espontáneamente. Llegando a una conclusión en ese momento, que se trataba simplemente de intervención alienígena. Defendiendo así la teoría de la Panspermia dirigida como quizás la más acertada por encima de las demás hipótesis planteadas.
6. Teoría de la evolución química (1920)
Surge entonces una teoría científica propuesta al mismo tiempo, pero de manera independiente, por Oparin y Haldane, quienes propusieron que la vida comenzó con la formación (síntesis) de compuestos químicos básicos (aminoácidos, ácidos nucleicos) que luego utilizarían elementos inorgánicos para finalmente mezclarse en condiciones óptimas de la tierra en los primeros 2000 millones de años.
Aquellas condiciones iniciales serían las que permitieron que moléculas como el bióxido de carbono, el nitrógeno, el azufre, dieran paso a la formación de las primeras moléculas orgánicas, como aminoácidos, nucleótidos, ATP y algunas proteínas muy sencillas. Para que después dichas moléculas desaparecieran y otras en cambio se volvieran más complejas (evolución prebiótica), dentro del agua de los océanos primitivos que sirvió en ese momento como filtro y que además permitió el desarrollo de las moléculas Prebióticas (Coacervados). Que vendría a ser un protobionte formado a partir de mezclas complejas de polipéptidos, ácidos nucleicos y polisacáridos que darían lugar a las primeras células.
Que probablemente fueron heterótrofas es decir que conseguían su energía de otras moléculas en el “caldo” primitivo. Hasta evolucionar en su forma de obtener energía (autótrofa) probando una nueva manera por la fotosíntesis, en donde podían usar luz solar para crear alimento a base de dióxido de carbono y agua. Pero cuando el oxígeno empezó a acumularse en la atmósfera volviéndose tóxico, las células encontraron una nueva manera de aprovechar el oxígeno. A través de la respiración celular que les permitió a las células usar ese oxígeno para obtener más energía de las moléculas orgánicas. Hasta llegar a la respiración aerobia en donde ya las células en presencia del oxígeno empiezan a liberar la energía contenida en los alimentos en forma de ATP, liberando bióxido de carbono y agua.
Dando paso a un salto evolutivo en donde la célula se organiza con una estructura más especializada, se divide y se multiplica dando lugar a un organismo pluricelular como el ser humano a partir de un cigoto (originado por la unión de dos gametos sexuales) se necesitará una gran cantidad de divisiones celulares.
Es así como estos científicos Alexander Oparin (1920) y después en 1930 John Haldane proponen esta hipótesis conocida como: teoría quimiosintética, teoría biosintética o la teoría de Oparin-Haldane.
7. Teoría sintética de la evolución (Neodarwinista Moderna)
Aquellos autores buscaron un común denominador entre la interrelación de la mutación, la recombinación genética del ADN, la deriva genética, la migración y la selección natural como puntos claves en los cambios evolutivos de los seres vivos y en la reformulación de la Teoría de la Evolución.
Encontrando así los aportes de diversos científicos como Fisher, Haldane, Wright, Theodosius Dobzhansky, Mayr, Huxley y George Gaylord Simpson entre otros. Quienes finalmente la llamarían la teoría sintética de la evolución, también conocida como neodarwinismo, que describía cómo los organismos evolucionaron a través de la selección natural y la herencia genética.
Lo que les daría una una ventaja en su entorno y así mismo más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, lo que aumentaría la frecuencia de los genes en una población a lo largo del tiempo.
Sin embargo para poder comprender esta teoría aquellos autores insistieron en que se debería precisar sobre los siguientes principios:
– Poblaciones: la evolución actúa en el ámbito de las poblaciones y no sobre los individuos que la componen. Centrándose en su reserva genética que vendría a ser el conjunto de genes o contenido genético de una población. Es decir que la suma total de los genes de cada individuo de una población contenidos durante un tiempo determinado, sería el responsable de definir los rasgos más comunes.
– Genes: las características de los individuos se encuentran almacenadas en unas estructuras llamadas genes. En una población existen diferencias entre los individuos debido a que, para una determinada característica, pueden existir distintos genes. No aceptando la herencia de caracteres adquiridos (teoría de Lamarck) al considerar que las adaptaciones de una parte del cuerpo no pueden provocar cambios en las células del esperma y el óvulo que transmiten los rasgos.
– Mutaciones: la información genética, almacenada en el ADN, puede sufrir alteraciones fortuitas llamadas mutaciones. Las mutaciones pueden ser beneficiosas, perjudiciales o neutras para el organismo. Permaneciendo en su ADN y trasmitiéndose a sus descendientes, provocando algunas diferencias entre ellos.
– Selección natural: aquellos individuos que presenten un conjunto de genes (genotipo) que determinen una ventaja adaptativa tendrán mayores probabilidades de sobrevivir y pasarán sus genes a la siguiente generación. Favoreciendo así aquellas variaciones con mayor capacidad reproductiva y eliminando aquellas con menor o nula capacidad.
Ya para finalizar más adelante saldría la publicación de una una obre dentro del Neodarwinismo que tuvo gran impacto, El Gen Egoísta (1976) de Richard Dawkins la cual popularizó la evolución enfocada en los genes (Teoría del gen egoísta). Y así mismo defendió que son los genes y no los individuos los agentes sobre los que opera la evolución, llevando a una teoría realmente revolucionaria en nuestra época.
8. Teoría hidrotérmica (1977)
Dando paso a la creación de bacterias quimiosinteticas que extrajeron la energía de los compuestos azufrados de agua y que de ese modo, llegarían a remplazar a los organismos fotosintéticos que tomaban energía de la luz.
Teniendo en cuenta que dichas bacterias quimiosintéticas serían capaces de aguantar temperaturas tan altas que alcanzaban hasta los 400 °C, al estar cerca de los sitios asociados a la actividad volcánica. Y que al interactuar con el agua de mar, mantenía la salinidad perfecta para que estos microorganismos pudiera realizar sus procesos biológicos.
Sería a partir de esos hallazgos que para el año 1977, algunos científicos descubriría comunidades biológicas que vivían inesperadamente en torno a las fuentes hidrotermales del fondo marino, lejos de la luz solar y alimentándose de una sopa química rica en hidrógeno, dióxido de carbono y azufre que brotaba de los géiseres.
Lo que les llevaría más adelante a proponer la teoría de las fuentes hidrotermales, como la propuesta por el investigador y oceanógrafo, John B. Corliss, que tras sus investigaciones en las Islas Galápagos, descubrió manantiales submarinos de agua caliente en el fondo oceánico, con una gran variedad de organismos vivos entre los que se destacan las coloridas colonias de gusanos de tubo gigantes, bivalvos, crustáceos, poríferos y algunos equinodermos que a pesar de no recibir ningún tipo de radiación solar que les ayudará a suplir sus necesidades energéticas eran capaces de sobrevivir a grandes profundidades.
Finalizando con una investigación interesante que buscaba demostrar aquella teoría que estuvo a cargo de algunos científicos de la NASA y las astrobiólogas Laurie Barge y Erika Flores, que intentaron reproducir en un laboratorio cómo los ingredientes para la vida podrían haberse formado en lo profundo del océano hace 4000 millones de años. Llegando a la conclusión que dicho entorno para aquella época si pudo haber producido el aminoácido alanina y el alfa hidroxiácido lactato. Este último, para algunos científicos, pudo combinarse para formar moléculas orgánicas de estructura compleja que podría haber creado vida.
9. La hipótesis del mundo del RNA (1986)
Tiempo después llegarían aquellas investigaciones que servirían de soporte para anteceder aquella teoría, exactamente para el año 1963 en el que se propuso que la vida en la Tierra surgió a partir de la actividad de las moléculas de ARN, sin necesidad de proteínas ni de ADN.
Teniendo una incógnita por resolver, la cual tenía que ver exactamente en cómo aquel primer acido nucleico (ARN) pudo duplicarse.
Entrando en el escenario así la hipótesis del “Mundo de ARN” enunciada en el año 1980 por el Premio Nobel Walter Gilbert quien aprovechando las investigaciones de los los experimentos de Thomas Cech y Sidney Altman llegarían a la conclusión que las moléculas relativamente cortas de ARN se podrían haber formado espontáneamente de tal modo que hubieran sido capaces de catalizar su propia replicación continua.
Sería entonces en el año 1986 cuando se acuñaría el término «Mundo de ARN» para describir las recientes observaciones sobre las propiedades catalíticas de algunas formas de ARN. Como las descubiertas últimamente por algunos científicos japonés, quienes crearon una molécula de ARN que se replica, diversifica y desarrolla hasta la complejidad. Llegando a la misma conclusión que la vida en la Tierra surgió a partir de la actividad de las moléculas de ARN, sin necesidad de proteínas ni de ADN.
10. Diseño Inteligente (Intelligent Design)
Presentando así mismo como alternativa y nuevo paradigma estrictamente científico, el Diseño Inteligente, muy compatible con el creacionismo, pero con bases científicas que buscan la comprensión de los procesos propios de los seres vivos. Explorando en los sistemas biológicos patrones que denoten inteligencia, al considerar que ciertas características del universo y de los seres vivos serían mejor explicadas por la acción de un diseñador inteligente en lugar de procesos naturales como la evolución.
Surge entonces el primer Movimiento del Diseño Inteligente (MDI) con las obras de algunos autores como: Charles Thaxton, Walter Bradley, Michael Denton, Dean Kenyon y Phillip Johnson. Quienes empezaron a estudiar el origen de las formas complejas de los organismos y a investigar señales de inteligencia o patrones que les señalaran un indicio.
Uno de los primeros investigadores sería el biólogo molecular, Michael Denton, quien coincidió con Thaxton, señalando que la complejidad de la ordenación de los aminoácidos en una macro proteína era tan abrumadora, que la probabilidad de su formación por puro azar, sería prácticamente nula.
Para el año 1987, aparece en el escenario el abogado estadounidense, Phillip E. Johnson, que después de convertirse al cristianismo se empezó a interesar por el tema sobre los orígenes de los seres vivos, sería así como en una ocasión compraría dos libros, El Relojero Ciego de Richard Dawkins y La Evolución: Una Teoría En Crisis de Michael Denton. Unas obras que diferían en sus opiniones y serían la base fundamental para respaldar este nuevo movimiento (MDI).
La primera obra exponía la idea evolutiva naturalista en donde sostenía que las fuerzas ciegas de la naturaleza habían desarrollado las especies las cuales parecían que estaban diseñadas deliberadamente, pero que en realidad no había diseño alguno, todo era producto de una ciega evolución sin guía. Que permitía ir acumulando pequeños cambios que al sumarse constituirían aquellas estructuras altamente complejas presentes en los seres vivos.
El segundo libro de Michael Denton en cambio buscaba demostrar que los evolucionistas no tenían un modelo plausible para el origen de la vida, al no tener evidencias científicas sólidas que respaldasen sus argumentos. Como por ejemplo la usencia de especies intermedias, es decir, la falta de eslabones perdidos entre los diferentes seres vivos existentes. Llegando a concluir que las las formas de estructuras complejas de estos organismo serían producidas por las leyes de la naturaleza y no por selección natural como aseguraba Darwin.
Con aquellos estudios sería como finalmente Johnson se percataría que la tesis evolucionista no podía reducirse de ideas especulativas a prueba, sin existir la evidencia necesaria para apoyarlas. Razón por la cual se documentó científicamente y empezó a criticar el evolucionismo, comprendiendo a profundidad sobre su nueva variante el neodarwinismo moderno.
Decide entonces exponer los errores del evolucionismo y para el año 1991 escribiría su libro titulado “Darwin on Trial (Juicio a Darwin)” en el cual promovió su tesis que la evolución puede ser «juzgada» como un acusado en la corte, y el veredicto final es que la evolución es demostrada culpable de falsedad.
Todo ese revuelo llevo a convencer por primera vez a muchos pensadores de que la evolución neodarwinista estaba más respaldada por una filosofía del naturalismo que por la evidencia científica. Y llevaría a que dos años después, en el año 1993, se organizara una reunión en Pajaro Dunes, California, en donde se juntarían a varios científicos de diferentes disciplinas para discutir sobre el tema de los orígenes de la vida.
En donde se expusieron las debilidades del sistema evolutivo, criticaron el naturalismo y la evolución demostrando científicamente sus límites y, además, proporcionando los modelos para identificar que una Inteligencia estuvo involucrada en el desarrollo del cosmos y la vida.
Tiempo después los escritos de Johnson se convertirían en el imán de académicos de una variedad de campos (biología, química, física, filosofía, teología y derecho) que forjarían el (MDI). Es decir el Moderno Movimiento del Diseño Inteligente, que estaría liderado inicialmente por Johnson, quien terminaría siendo bautizado como el padre de dicha corriente.
El segundo periodo de dicho movimiento iniciaría en el año de 1996, justo en el momento en el que el profesor de bioquímica en la Universidad de Lehigh, Michel Behe, publica su libro Darwin’s black box (la caja negra de Darwin). En el que propone que es imposible que la molécula de ADN, contenedora del mensaje genético bajo el cual se desarrollan los seres vivos sean un mero producto del azar o del desarrollo a partir de organismos autorreplicantes más simples. Llegando afirman que la célula es la “caja negra” de Darwin, en donde se sabe lo que hacen, pero no cómo lo hacen, cómo se han formado y cómo están constituidas o estructuradas internamente. Lo que obstaculiza el entendimiento total sobre el origen de la vida. Pues los científicos buscan pruebas mas exactas que la Bioquímica en este momento las esta otorgando para descifrar el enigma de la evolución.
Fue así como Behe llego a los sistemas irreductibles complejos, que no son una exclusividad del orden in fieri del humano, sino que también están presentes en la naturaleza, siendo el flagelo bacteriano, el sistema de la coagulación, y algunas partes del sistema inmunológico de organismos superiores sus ejemplos más notorios.
Unos sistemas tan complejos que no pueden llegar a explicarse mediante los recursos de la teoría de la evolución por selección natural o por la acumulación gradual de pequeñas mutaciones aleatorias. Pues sería imposible que estos organismos hayan evolucionado por su cuenta, pues hay una clara evidencia de diseño y no un simple hecho de una casualidad. Ya que en todos esos procesos hay un numero de componentes cuya interrelación sería un requisito indispensable para que todo el conjunto desempeñará su función fisiológica; porque si llegase a faltar uno de aquellos componentes, no habría menor función, simplemente no funcionaría.
Pasado dos años del trabajo de Behe, exactamente para septiembre de 1998, llegaríamos a la tercera etapa de este movimiento que iniciaría con el matemático de la Universidad de Baylor, William A. Dembski, que publicaría su trabajo “The design inference (La inferencia de diseño). Una obra que respondería a la pregunta de cómo podemos identificar un suceso ocasionado por una causa inteligente y distinguirlo de uno ocasionado por causas naturales no dirigidas. En donde propuso el filtro explicativo, un método por el cual el azar es descartado cuando un suceso altamente improbable se ajusta a un patrón discernible, que se da independientemente del evento en sí. Llegando a la conclusión de que los seres vivientes tienen un diseño inteligente, especialmente en los patrones de secuencias moleculares como el ADN. Y que el rol del diseñador lo pudo haber cumplido unos extraterrestres.
Comienza entonces un siglo (XXI) caracterizado por «la búsqueda de la identidad científica del Intelligent Design». Produciendo así una verdadera explosión de publicaciones a favor y en contra del Diseño inteligente.
Que han llevado a formas numerosos proyectos de investigación como el SETI (search for extra terrestrial intelligence) que buscan encontrar vida extraterrestre inteligente, ya sea por medio del análisis de señales electromagnéticas o bien enviando mensajes de distintas naturalezas al espacio con la esperanza de que alguno de ellos sea contestado.
Pues este último movimiento asume que las características del universo, de nuestro planeta y de la vida sólo pueden explicarse asumiendo que todo ello ha sido creado de manera dirigida por un ser (o seres) de inteligencia superior.
Diseño Inteligente, Patrones perfectos y señales de vida extraterrestre
Resulta imposible al observar las maravillas megalíticas construidas por civilizaciones anteriores, el pensar que pudieron haber sido realizadas a tal grado de perfección. Notando por ejemplo que el rango de desviación no era mayor de 0,5 milímetros y su sistema de transporte fuese tan eficaz como para transportar dichos bloques. Dando a pensar que hubo intervención alienígena en aquel periodo para lograr llevar a cabo aquellas maravillas del mundo.
Y si nos fijamos en los patrones existentes en como funciona o se organiza la naturaleza, llegamos a la misma conclusión de que todo tiene una intervención divina en cada diseño. Pues solo causas inteligentes podrían explicar las complejas estructuras ricas en información de la biología, como por ejemplo en la serie de Fibonacci. Una sucesión infinita de números naturales, que vendría a representar la perfección geométrica natural Pi (1,618). Encontrada en la naturaleza como por ejemplo: la concha de los moluscos, los espirales de los caracoles, las hojas de los helechos, los girasoles, el ramenescu, las piñas de pino o en el ordenamiento de las hojas de una rama. Esto sin ir más allá, porque también lo podemos hallar en el espiral del ADN, en las huellas dactilares, en la forma de la vía láctea y otras galaxias.
Este gran descubrimiento sería el que finalmente conoceríamos más adelante como la divina proporción, la cual mide la percepción de lo bello con relación en la armonía que encontramos en las medidas. Siendo un concepto geométrico que consigue realzar la armonía y la belleza del arte, los objetos y la belleza física. Un ejemplo claro sería el Hombre de Vitrubio o Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano, en donde Leonardo Da Vinci quiso representar las dimensiones del cuerpo humano siguiendo el número áureo (Pi).
Notamos entonces que hoy en día la teoría del Diseño Inteligente, esta de acuerdo a que todo el universo responde a una Armonía Íntima, en donde la simple casualidad no es suficiente para explicar todos aquellos patrones tan perfectos que se han descubierto en la naturaleza.
Teniendo como única fuente de explicación la intervención de un diseñador capaz de hacer funcionar todo a la perfección. Algo que los defensores de la teoría de la Panspermia habían propuesto, señalando que la basura cósmica podría haberse originado accidentalmente a partir de una pila de productos de desecho vertidos en la Tierra hace mucho tiempo por seres extraterrestres. Quienes esparcieron a propósito dichas semillas capaces de iniciar un ser vivo o de mejorarlo.
Llegando así a la Teoría de la Creación Alienígena la cual argumenta que el hombre sería producto de un experimento genético realizado por una raza alienígena reptiliana, entidades superiores en inteligencia y tecnología que llegarían a la Tierra desde muy lejos, pero que nunca se han retirado mantenidos ocultos en la intratierra para poder así vigilar su creación hasta finalmente perfeccionarla.
Seguida de la teoría que se refiere a los Anunnaki los cuales se cree que poblaron la tierra igualmente bajo experimentos biológicos para así crear al Homo erectus y el Homo Sapiens, para su beneficio propio, pues serían útiles para mantenerlos como esclavos mientras se llevaban nuestros recursos naturales que se estaban agotando en su lugar de origen.
Terminando así las teorías con una quizás de las más acertadas, la de Daniella Fenton, en colaboración con Bruce Fenton, en las que proponían de acuerdo a sus investigaciones en que todas las culturas antiguas, hacían repetidas referencias a Las Pléyades, asegurando que existían portales que conectaban esas estrellas con nuestro planeta. Buscando planetas favorables para crear vida y experimentar con una ingeniería genética avanzada que podría haber dado con el Homo Sapiens. El cual contiene la fusión del cromosoma 2, encontrado en todos los humanos de cerebro grande, incluidos los neandertales y los denisovanos, pero no en otras especies de primates.
Y que contenía además un código indescifrable de una molécula en doble hélice conocida como el ADN, que dio al mundo la llave para entender todos los secretos de la vida. Ya que toda la vida en la tierra existe únicamente gracias a este omnipresente molécula, la cual contiene las instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y el funcionamiento de todos los organismos vivos conocidos y algunos virus. Sin olvidar su aliado el ARN que permite que dicha información sea comprendida por las células. Llegando incluso a ser el causante del origen de la vida en la Tierra al poder replicarse, diversificarse y desarrollar complejidad por sí mismo.
Es quizás por todos los resultados de estas investigaciones que se ha empezado a estudiar a cabalidad algunos elementos presentes en los asteroides que puedan contener elementos de este par de moléculas esenciales para el origen de la vida.
Una de las pruebas mas contundentes se hallaría en el meteorito conocido como ALH84001, que se piensa se origino en Marte durante la época en la que allí había atmosfera y agua liquida, hace 4500 millones de años. En un incidente en el que dicho planeta recibiría un gran impacto de dicho asteroide que provocaría que el ALH saliera expulsado del planeta e impactara en la tierra, hace 13 años aprox. Descubriendo así un gran hallazgo, los cristales de magnetita que avalan la posibilidad de un origen biológico, además de determinados hidrocarburos que serían compatibles con la existencias de las nanobacterias que se pueden encontrar en cualquier parte.
Tiempo después se sumarían más hallazgos similares recopilados como el descubierto por William J. Meister en 1968, quien halló en una de sus piedras de trilobites el contorno de una huella humana. Sugiriendo que dicha huella debía tener quizás la misma edad del trilobite de 505 millones de años, dando a entender que algún diseñador estaría presente en la época que empezó a desarrollarse la vida en nuestro planeta.
Un año después se daría espacio a otro hallazgo importante, el meteorito Murchison, que cayó en Australia y el cual contenía grafito (carbono elemental cristalizado), muchos aminoácidos e hidrocarburos, además de las cinco bases nitrogenadas presentes en los ácidos nucleicos DNA y RNA: adenina, guanina, timina, citosina y uracilo. Partículas que forman las proteínas y se consideran los componentes básicos de la vida.
Para el año 2013 el proyecto ALMA, en Chile, descubriría que existían moléculas precursoras del ADN en el espacio exterior, dando a entender con esto que esas moléculas podían producir reacciones químicas básicas para la producción de ADN.
En el año 2019, según la Universidad de Chicago, un equipo de investigadores de Francia e Italia informarían del hallazgo de material orgánico extraterrestre conservado en sedimentos de 3300 millones de años en Sudáfrica. Sugiriendo que los micrometeoritos eran la fuente probable de este material de aminoácidos. Muy parecidos a los encontrados en las muestras del asteroide Ryugu, en donde se encontraron mas 20 tipos diferentes de estos materiales.
En el año 2020 un equipo científico liderado por la bioquímica de la universidad de Harvard, Julie Mcgeoch, describieron el posible hallazgo de la hemolitina, la primera proteína extraterrestre, que envuelve una cadena de glicina y residuos de hidroxiglicina terminada en átomos de hierro, oxigeno y litio. Un componente clave para la vida, hallado dentro del meteorito Acfer 086, que llegó a la Tierra en 1990 cuando cayo accidentalmente en Argelia.
Finalizando con la investigación de especialistas del CONICET, de CNEA y del exterior que indicarían que los cristales de halita podrían proteger a microorganismos frente a condiciones que se encuentran en el medio interplanetario, tales como el vacío y la radiación ultravioleta de vacío. Sugiriendo que la halita podría funcionar como estructura de preservación de microorganismos dentro del meteorito, enviado por una ser de otro planeta para sembrar en un planeta favorable como la Tierra la vida.
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