Bruce Lee (Todo sobre la leyenda del Dragón)

Actualización: octubre 18, 2025


Más que un nombre, Bruce Lee es un símbolo de maestría y disciplina. Nacido en San Francisco, California, el 27 de noviembre de 1940, este visionario fusionó los roles de filósofo, artista marcial y estrella de cine para convertirse en un fenómeno cultural sin precedentes. En la década de los 70, no solo revolucionó el cine de acción con su destreza física y su carisma magnético, sino que también actuó como un puente entre dos mundos, transformando para siempre la percepción que el público occidental tenía de las tradiciones filosóficas y marciales de Oriente.

Su legado trasciende la pantalla y el dojo, consolidándolo no solo como el artista marcial más famoso de la historia, sino como el más influyente del siglo XX. Tal fue su impacto que la revista Time lo incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes de esa centuria, un testimonio de que su figura representa mucho más que la lucha: encarna la superación personal, la expresión cultural y la eterna búsqueda de la excelencia. Si deseas descubrir la historia completa detrás de este icono inmortal, te invitamos a sumergirte en el siguiente contenido.
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Los inicios de Bruce con las artes marciales

Los inicios de Bruce Lee en las Artes Marciales ★★★★★

Los inicios de Bruce Lee en las artes marciales estuvieron profundamente marcados por su entorno familiar, cultural y personal. Nació en San Francisco en 1940, pero creció en Hong Kong, en medio de una familia ligada al mundo artístico, ya que su padre era actor de ópera china. Desde muy pequeño estuvo rodeado de escenarios, teatros y películas, lo que despertó en él una gran disciplina artística y física. Sin embargo, su juventud también estuvo marcada por una fuerte rebeldía y por frecuentes enfrentamientos callejeros con pandillas juveniles. Esto no solo reflejaba su carácter impulsivo, sino también la compleja realidad social que se vivía en Hong Kong en aquellos años.

Ante esta conducta, su padre decidió introducirlo en las artes marciales tradicionales como medio de canalizar su energía y enseñarle disciplina. A temprana edad comenzó a practicar Tai Chi Chuan, un arte marcial suave y fluido que, aunque enfocado principalmente en la armonía física y espiritual, también busca el control corporal y la defensa personal. Esta etapa fue fundamental, ya que marcó el inicio de su conexión con la filosofía de equilibrio y autocontrol que más adelante influiría en toda su trayectoria marcial.

A los 13 años, Bruce tomó por decisión propia dar un paso más serio en su formación y comenzó a entrenar Gung Fu (Kung Fu) en Hong Kong. Se inscribió en la prestigiosa escuela del maestro Ip Man, donde aprendió el estilo Wing Chun. Este entrenamiento representó un cambio radical en su vida, pues ya no se trataba de simples peleas callejeras: empezó a entender el arte de la lucha como un camino de autoconocimiento, precisión, velocidad y respeto. La exigencia de esta disciplina lo llevó a desarrollar reflejos excepcionales, gran técnica y una profunda comprensión del combate.

Durante su adolescencia, Bruce continuó perfeccionando sus habilidades marciales mientras seguía participando en competencias escolares de boxeo, demostrando su versatilidad y su deseo de combinar diferentes estilos. Esta apertura lo llevó a explorar otros métodos de defensa personal y a interesarse por la filosofía que hay detrás de cada técnica. Su pasión por las artes marciales se convirtió en un motor de cambio en su vida: pasó de ser un joven impulsivo y problemático a un estudiante dedicado, con un propósito claro y una ética marcial en formación.

Al cumplir 18 años, Bruce tomó la decisión de viajar a Estados Unidos para continuar sus estudios y construir un nuevo futuro. Aunque en ese momento aún no había desarrollado su famoso estilo personal, Jeet Kune Do, ya contaba con una sólida base forjada en el Tai Chi, el Wing Chun y otras disciplinas de combate. Su juventud fue, en esencia, un proceso de transformación: de la violencia callejera a la maestría marcial, de la rebeldía sin rumbo a una filosofía de vida centrada en el control, la eficacia y la libertad en el combate. Ese camino formativo sería la semilla de la leyenda que más tarde revolucionaría las artes marciales en todo el mundo.
El encuentro con su maestro Yip Man

Bruce Lee conoce a quien sería su maestro más importante (Yip Man) ★★★★★

Después por azares de la vida o quizás ya estaba escrito, es que se encuentra con su gran mentor y maestro Yip Man un experto en el arte Wing Chu además de ser el único maestro en enseñar esta disciplina abiertamente al público.
Allí en esa academia Bruce Lee estuvo bajo la tutela de su mentor durante 3 años. Para conocer un poco más acerca de esta etapa da click en el siguiente link (Bruce Lee y sus inicios en el arte marcial con Yip Man).
Bruce abre la academia para enseñar Kung-fú

Bruce Lee empieza su formación en las Artes Marciales como Sensei ★★★★★

El regreso y la base intelectual

A su regreso a Estados Unidos a los 18 años, Bruce Lee no solo reclamó su ciudadanía estadounidense, sino que inició un período de formación fundamental. Mientras trabajaba como lavaplatos en el restaurante Ruby Chow de Seattle, se inscribió en la Universidad de Washington para estudiar filosofía. Fue allí donde, lejos de limitarse a lo académico, comenzó a investigar de manera profunda y personal el pensamiento de figuras occidentales, así como a los pilares del taoísmo como Lao-Tsé y Chuang-Tsé. Esta base filosófica no fue un mero adorno intelectual; se convertiría en el sustrato sobre el cual construiría su propio sistema de combate y vida.

La semilla de la enseñanza y el primer libro

Motivado por una comprensión más integral de las artes marciales, Lee comenzó a compartir sus conocimientos con compañeros de universidad, implementando y adaptando el arte del Kung Fu. Realizó exhibiciones en campus universitarios y gimnasios, ganando notoriedad y atrayendo a sus primeros alumnos. Esta creciente acogida lo impulsó a dar un paso crucial: en 1963, fundó su primera escuela, a la que llamó oficialmente el “Jun Fan Gung Fu Institute” en Seattle. Para sistematizar sus enseñanzas y dejar constancia de su método, escribió su primer libro, Chinese Gung Fu: The Philosophical Art of Self-Defense (1963), un manual donde ya se vislumbraba la fusión entre técnica marcial y reflexión filosófica.

La evolución técnica y el desafío que impulsó el cambio

El “Jun Fan Gung Fu” era inicialmente una evolución directa de su entrenamiento en el estilo Wing Chun. Sin embargo, un episodio crucial marcó su pensamiento: en 1964, fue retado a una pelea por el maestro de Kung Fu Wong Jack Man, un encuentro que, a pesar de ganar, le resultó insatisfactorio por lo prolongado y agotador que fue. Esta experiencia lo llevó a cuestionar la rigidez de los estilos tradicionales y a concluir que las artes marciales necesitaban ser más eficientes y adaptables en situaciones reales. Fue este pragmatismo, alimentado por su bagaje filosófico, el que lo impulsó a trascender los límites de cualquier sistema preestablecido.

El nacimiento de un nuevo concepto

Frustrado por las limitaciones que percibía, Bruce Lee comenzó a desarrollar un enfoque revolucionario que priorizaba la funcionalidad y la libertad individual sobre la tradición. Este proceso culminaría en la creación de su propio y célebre método, el Jeet Kune Do (el “Camino del Puño Interceptor”), fundado oficialmente en 1967. El JKD no era un estilo más, sino un concepto que abogaba por absorber lo útil y rechazar lo inútil, integrando lo mejor de diversas disciplinas como el boxeo occidental, la esgrima o la lucha. Así, su escuela en Seattle no fue solo el lugar donde enseñó Kung Fu, sino el crisol donde forjó una filosofía de combate que cambiaría para siempre la percepción de las artes marciales en el mundo.
El nacimiento del Dragón

El nacimiento del Dragón (Bruce Lee Vs Wong Jack Man) ★★★★★

Llegaría entonces uno de los duelos de maestros de artes marciales más legendarios entre Bruce Lee y Wong Jack Man en 1964, en San Francisco. Todo ocurre cuando Bruce Lee decide abrir un gimnasio de entrenamiento donde quería enseñar el arte marcial de Oriente en Occidente en su nuevo lugar de residencia.
Lo que le traería graves consecuencias con la Triada de Chinatown y un nuevo desafiante el maestro Shaolin Wong Jack. Un combate que despertaría al nuevo dragón que estaría por surgir. Para ver todo lo ocurrido de este suceso da click en el siguiente link (Bruce Lee y sus rivales).
Jeet Kune Do (JKD)

Bruce Lee desarrollo su nueva técnica de pelea por la que fue reconocido ★★★★★

1. El catalizador: una pelea reveladora

El punto de inflexión en la filosofía marcial de Bruce Lee no fue una victoria fácil, sino un combate en 1964 contra el maestro de Kung Fu Wong Jack Man. Aunque Lee salió victorioso, la pelea fue inesperadamente larga y agotadora, lo que él consideró una derrota en términos de eficiencia. Esta experiencia lo llevó a una profunda reflexión: las artes marciales tradicionales, con sus formas rígidas y coreografiadas, eran insuficientes para un enfrentamiento real. Este episodio se convirtió en el catalizador que lo impulsó a buscar un sistema de lucha más directo, adaptable y pragmático.

2. La filosofía fundacional: “Sé como el agua”

A partir de esta revelación, Bruce Lee comenzó a desarrollar un concepto que trascendería las artes marciales: el Jeet Kune Do (JKD), o “El Camino del Puño Interceptor”. Oficialmente fundado en 1967, su núcleo no era un conjunto de técnicas fijas, sino una filosofía de libertad combativa. La ahora famosa metáfora de “sé como el agua”, que él explicaba en la entrevista televisiva de Pierre Berton, encapsulaba su esencia. El agua es fluida, adaptable; no tiene forma propia pero puede llenar cualquier recipiente y erosionar la roca más dura. Del mismo modo, un artista marcial debía ser flexible, capaz de adaptarse instantáneamente a cualquier oponente o situación, sin aferrarse a un solo estilo.

3. La deconstrucción del peleador: funcionalidad sobre tradición

El JKD nació de la deconstrucción de todos los sistemas que Lee conocía. Su búsqueda no era crear otro estilo rígido, sino liberar al individuo de los límites de estos. Argumentaba que, para ser un peleador efectivo, uno debía aclimatarse al combate real, “de la misma forma en la que un nadador necesita entender la realidad de tener el agua en el cuello”. Esto implicaba rechazar lo inútil y absorber lo útil de cualquier disciplina, desde el boxeo occidental y la esgrima hasta el judo y el wing chun, creando un enfoque ecléctico y profundamente personal.

4. La síntesis técnica: el cuerpo como instrumento perfecto

Para materializar esta filosofía, Lee dedicó años a un riguroso entrenamiento científico, perfeccionando lo que él llamaba “los diversos instrumentos del cuerpo”. Su método integraba herramientas de combate a larga, media y corta distancia, priorizando la economía de movimiento, la velocidad y la potencia. Perfeccionó micro-movimientos rápidos, como su devastador “puño de una pulgada”, y una sincronización perfecta entre mente y cuerpo. El JKD no solo mejoraba las herramientas naturales (puños, pies, rodillas, codos), sino que optimizaba su uso en una coreografía de combate espontánea y eficaz.

5. El legado eterno: de la teoría a la revolución global

La premisa del Jeet Kune Do demostró ser visionaria. Su principio de adaptabilidad y eficiencia es hoy la columna vertebral de las Artes Marciales Mixtas (MMA), donde los luchadores, como el controvertido Xu Xiadong, han demostrado en la práctica lo que Lee teorizó: que en el combate real, la utilidad prima sobre la tradición. Bruce Lee no solo creó una técnica; legó al mundo una filosofía de libertad y evolución continua, transformando para siempre la percepción de lo que significa ser un artista marcial y consolidándose como el arquitecto de un nuevo paradigma en la lucha.
El golpe de una pulgada

Los métodos más populares de combate que convirtieron a Bruce Lee en el Dragón ★★★★★

1. La base filosófica del guerrero

Bruce Lee no se convirtió en “el Dragón” solo por su destreza física, sino por una revolución conceptual que aplicó a las artes marciales. Su método, el Jeet Kune Do (JKD), se erigió sobre el principio de “absorber lo útil, rechazar lo inútil”, desafiando la rigidez de los estilos tradicionales. Esta filosofía de eficiencia y adaptabilidad se materializó en técnicas de combate específicas, diseñadas no para exhibición, sino para la efectividad máxima en situaciones reales. Fue esta búsqueda incansable de la funcionalidad pura lo que cimentó su reputación como el luchador más innovador de su era.

2. La intercepción: el arte de detener al oponente en seco

La técnica que da nombre a su sistema, el “Camino del Puño que Intercepta” (Jeet Kune Do), es un perfecto ejemplo de su genio. Inspirado en un movimiento de ataque en esgrima, este principio no se basaba en un bloqueo reactivo, sino en una interceptación ofensiva. La idea era cortar la ofensiva del rival en su fase inicial, en el mismo instante en que este iniciaba su ataque, neutralizándolo antes de que pudiera desarrollar toda su potencia. Este concepto de “tiempo y golpeo” requería una percepción agudísima y una velocidad sobrehumana, convirtiendo la defensa en el ataque más eficiente.

3. El golpe de una pulgada: la física al servicio del poder explosivo

Si hay una técnica que demuestra su comprensión científica del movimiento, es el legendario “golpe de una pulgada”. Perfeccionado meticulosamente, este puñetazo generaba una fuerza increíble desde una distancia mínima (entre 0 y 15 centímetros). El secreto no residía en la fuerza bruta, sino en la aplicación del *fa jin* o poder explosivo: una onda de energía cinética que se transmitía desde el talón, rotaba la cadera, torcía el torso y culminaba en un latigazo final del brazo y la muñeca. La escena icónica de *The Big Boss* (1971), donde envía a un hombre volando con este golpe, no fue un efecto especial, sino una demostración de un poder real que dejaba atónitos a todos los que lo presenciaban.

4. La obsesión por la velocidad: entrenando más allá de los límites humanos

La efectividad de sus técnicas dependía de una velocidad que rayaba en lo sobrehumano. Se decía que sus movimientos eran tan rápidos que, para que el público pudiera apreciarlos en cine, sus escenas de lucha a veces se filmaban a 32 fotogramas por segundo para luego proyectarse a 24, ralentizándolas ligeramente. Esta velocidad era el resultado de un entrenamiento obsesivo que incluía ejercicios con una máquina de *punching ball* especialmente diseñada, entrenamiento de pesas para potencia y una dieta rigurosa. Bruce Lee no solo practicaba; estudiaba y optimizaba cada micro-movimiento de su cuerpo como si fuera un instrumento de precisión.

5. El arsenal completo: la síntesis del guerrero moderno

Más allá de estas dos técnicas famosas, su arsenal era un compendio ecléctico y mortal. Integró la potencia de piernas del boxeo occidental con las patadas bajas y directas del wing chun, los derribos de la lucha y los golpes con los dedos al estilo del kung fu. Su famosa patada lateral, capaz de romper una tabla de madera a varios metros de distancia, o sus igualmente letales “puños de dragón”, demostraban su dominio total sobre todas las distancias de combate. Fue esta combinación de filosofía disruptiva, técnicas innovadoras y una dedicación sin igual la que forjó la leyenda de Bruce Lee y lo consolidó para siempre como el invencible “Dragón”.
Bruce Lee y la fama en Hollywood

Bruce Lee la estrella de cine de artes marciales que modernizo el cine Kung Fu hongkonés ★★★★★

Bruce Lee no solo fue un artista marcial excepcional, sino también el arquitecto de una revolución cinematográfica que transformó para siempre el cine de acción. Su formación en disciplinas como Wing Chun y Jeet Kune Do no se limitó al tatami: se convirtió en la esencia misma de su lenguaje fílmico. A principios de la década de 1970, el cine de Kung Fu hongkonés estaba dominado por coreografías teatrales, acrobacias exageradas y una distancia marcada respecto al realismo del combate. Fue Bruce Lee quien rompió con estas convenciones al trasladar a la pantalla la intensidad, precisión y crudeza de las verdaderas artes marciales, ofreciendo a la audiencia un espectáculo nunca antes visto. Su visión no era simplemente entretener, sino mostrar el alma y la verdad detrás del combate.

Su ascenso en el cine comenzó después de años de preparación. Tras emigrar a Estados Unidos a los 18 años, Bruce fundó sus propias escuelas de artes marciales y perfeccionó su filosofía de combate, basada en la adaptación, la fluidez y la eficacia. Al regresar a Hong Kong en 1971, ya contaba con una identidad marcial sólida y una mentalidad innovadora. Fue entonces cuando protagonizó El gran jefe, un éxito inmediato que marcó un antes y un después en la industria cinematográfica de Hong Kong. Por primera vez, un héroe de acción no solo representaba fuerza física, sino también una técnica real, precisa y contundente, transmitida directamente desde el dojo a la pantalla.

Con Furia Oriental y El regreso del Dragón, Bruce perfeccionó su fórmula: combates realistas, intensos y estratégicamente coreografiados por él mismo. Su legendaria pelea en el Coliseo de Roma contra Chuck Norris es considerada uno de los duelos más icónicos del cine. Más allá del espectáculo, esa escena representó un choque entre estilos y filosofías marciales reales, elevando la credibilidad y la seriedad del género Kung Fu. Bruce logró que el público no solo observara una pelea, sino que sintiera cada impacto como si estuviera en el ring.

La consagración internacional llegó con Operación Dragón, su primera coproducción con Hollywood, donde fusionó su visión marcial con una narrativa cinematográfica global. Su filosofía de combate —basada en eliminar lo superfluo y centrarse en la eficacia— impregnó cada secuencia de acción. La icónica escena de la sala de los espejos no solo es un hito visual, sino una representación simbólica de su pensamiento: conocer y dominar al enemigo empieza por conocerse a uno mismo. Este film no solo fue un éxito de taquilla, sino la puerta de entrada de las artes marciales al cine occidental de manera masiva.

Aunque su muerte en 1973 interrumpió su meteórico ascenso, su impacto fue tan poderoso que dio origen a un fenómeno cultural conocido como “Bruceploitation”, en el que decenas de imitadores intentaron replicar su estilo en más de doscientas películas. Ninguno, sin embargo, logró capturar la autenticidad de su arte. Bruce no actuaba sus peleas: las vivía. Sus movimientos provenían de años de entrenamiento riguroso, disciplina y una filosofía personal que concebía las artes marciales como una expresión total del cuerpo y la mente.

Décadas después, su legado permanece intacto y sigue influyendo tanto en el cine como en la práctica marcial alrededor del mundo. Bruce Lee no solo modernizó el cine Kung Fu; lo redefinió desde sus cimientos. Convirtió sus artes marciales en un arma cinematográfica poderosa, auténtica y emocional. Cada golpe, cada bloqueo, cada mirada transmitía una verdad marcial que trascendía la pantalla. Gracias a él, las artes marciales dejaron de ser un adorno coreográfico para convertirse en el corazón narrativo de las películas de acción. Su visión creó un nuevo lenguaje visual que aún hoy inspira a cineastas, actores y artistas marciales en todo el planeta.
Como fue la muerte de Bruce Lee?

Bruce Lee y una de las hipótesis más acertada sobre su muerte ★★★★★

La muerte de Bruce Lee, ocurrida el 20 de julio de 1973, conmocionó al mundo entero y dio origen a innumerables teorías y especulaciones. Sin embargo, una de las hipótesis más sólidas y documentadas parte de un episodio que tuvo lugar años antes, cuando durante un entrenamiento con pesas de alta intensidad, Bruce sufrió una grave lesión en el nervio sacro debido a la falta de calentamiento previo. Aquella lesión le provocó un dolor crónico incapacitante que, por un tiempo, le impidió incluso caminar. Su posterior recuperación fue considerada casi milagrosa, y su férrea disciplina le permitió no solo volver a entrenar, sino alcanzar un nivel físico aún más alto que antes.

El dolor persistente derivado de esta lesión marcó un antes y un después en su salud. Para sobrellevar los fuertes episodios de dolor, Bruce recurría al consumo ocasional de cannabis, que a veces masticaba como analgésico natural. A esto se sumaba la enorme presión mediática y física que soportaba: rodajes extenuantes, responsabilidades creativas en cada proyecto cinematográfico y el peso de ser una figura pública en ascenso internacional. Este cóctel de exigencias y tensiones lo llevó a experimentar síntomas neurológicos similares a episodios epilépticos meses antes de su muerte, señales que, según testimonios médicos posteriores, pudieron haber sido un preludio de lo que vendría.

El día de su fallecimiento, mientras se encontraba en Hong Kong, Bruce tomó una dosis de Equagesic, un analgésico que contenía meprobamato y aspirina, para calmar un fuerte dolor de cabeza. Minutos después, colapsó. Los médicos concluyeron que la causa oficial de su muerte fue un edema cerebral agudo provocado por una reacción adversa a uno de los componentes del medicamento. El informe médico señaló que no se encontraron signos de violencia ni abuso de sustancias, lo que llevó a los expertos a determinar que se trató de una hipersensibilidad fatal. La noticia se propagó como un rayo, dejando a millones de seguidores desconcertados por la repentina partida de una leyenda que apenas comenzaba a conquistar el mundo.

La muerte de Bruce Lee a los 32 años no solo puso fin a una carrera cinematográfica brillante, sino que dejó un vacío inmenso en el mundo de las artes marciales. Su estilo, Jeet Kune Do, revolucionó el combate moderno al promover la libertad de movimiento y la eliminación de técnicas innecesarias. Más allá de su legado físico, dejó una profunda huella filosófica: su visión del arte marcial como expresión personal influyó en generaciones de artistas, deportistas y cineastas que encontraron en su ejemplo un camino de disciplina, autenticidad y superación.

A más de cinco décadas de su muerte, Bruce Lee continúa siendo un símbolo global de fuerza, resiliencia y transformación. Su imagen no se apagó con su fallecimiento; al contrario, se multiplicó a través de documentales, películas, libros y la inspiración que sigue brindando a quienes buscan superar sus límites. Su muerte temprana fue trágica, pero su legado trascendió la mortalidad: convirtió su vida en un manifiesto de determinación y autenticidad. Bruce no solo cambió el cine y las artes marciales; cambió la manera en que el mundo entiende la fuerza interior y el poder de la mente sobre el cuerpo.

Bibliografía Especializada sobre Bruce Lee ★★★★★

  • Fuentes Primarias:
    Lee, Bruce. Tao of Jeet Kune Do. Ohara Publications, 1975. Capítulos “Philosophy of Jeet Kune Do” y “Combat Techniques”, pp. 15–78.
    Lee, Bruce. The Tao of Gung Fu. Tuttle Publishing, 1997. Capítulo 3: The Fundamentals, páginas 45-68.
    Lee, Bruce. The Art of Expressing the Human Body. Tuttle Publishing, 1998. Capítulo 4: Abdominal Training, páginas 72-85.
    Lee, Bruce. Striking Thoughts: Bruce Lee’s Wisdom for Daily Living. Tuttle Publishing, 2000. Capítulo 5: On Martial Arts, páginas 89-104.
    Lee, Bruce. Jeet Kune Do: Bruce Lee’s Commentaries on the Martial Way. Tuttle Publishing, 1997. Capítulo 2: On Gung Fu, páginas 33-47.
    Lee, Bruce. The Tao of Jeet Kune Do. Ohara Publications, 1975. Capítulo 4: Tools and Techniques, páginas 58-76.
  • Artículos Académicos:
    Black Belt Magazine Archives. “The Real Story Behind Bruce Lee’s Death.” Black Belt Magazine, agosto 1973, pp. 14–22.
    TIME Magazine Archives. “Bruce Lee’s Final Fight.” TIME, 30 de julio de 1973, pp. 32–34.
    Chan, Peter. Hong Kong Cinema: The Bruce Lee Legacy. Hong Kong Film Archive, 1995. Capítulo “A New Era of Martial Arts Films”, pp. 61–89.
    Bowman, Paul. Bruce Lee: The Legacy of a Martial Arts Icon. Reaktion Books, 2019. Capítulo 4: Cinematic Revolution, páginas 95-112.
    Fernández Fojón, Ivan E. Bruceploitation: A Cultural History. Telos Press, 2021. Capítulo 3: The Clone Phenomenon, páginas 67-84.
  • Documentos Oficiales:
    Hong Kong Coroner’s Report. “Inquest into the Death of Bruce Jun Fan Lee.” Hong Kong Coroner’s Office, 1973. Sección Médica, pp. 4–9.
    Enter the Dragon Production Notes. Warner Bros. Archives, 1973. Capítulos de rodaje y notas médicas, pp. 45–52.
    HK Film Archive Oral History. “Interviews with Raymond Chow.” Hong Kong Film Archive, 1998. Entrevista sobre la producción de Operación Dragón.
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