Moisés, el Éxodo y la llegada a la Tierra Prometida (Canaán)

Actualización: mayo 24, 2025


El Pacto de Dios no fue estático, sino un plan divino en movimiento. Comenzó con Abraham, donde se sembró la promesa de una tierra y un pueblo elegido. Pero esta alianza tenía condiciones: fidelidad y obediencia. Cuando Israel se apartó, las consecuencias llegaron: 30 años de peregrinaje y 400 años de esclavitud en Egipto, tal como Dios lo había anunciado (Génesis 15:13).

Sin embargo, incluso en medio del sufrimiento, el Pacto no se rompió. Al contrario, Dios preparaba un rescate épico. Y aquí entra Moisés, el libertador escogido para guiar a Israel de vuelta a la Tierra Prometida. Su historia no es solo la de un hombre que enfrentó al faraón, sino la de un plan de salvación que revela el poder de Dios para cumplir sus promesas contra toda esperanza.

¿Cómo se desarrolló esta liberación? ¿Qué señales y prodigios confirmaron que el Pacto seguía en pie? Descubre cómo el Éxodo no fue solo una salida de Egipto, sino el camino hacia el cumplimiento de una promesa milenaria.


Moisés el salvador, a quien Dios le encarga la liberación de Israel ★★★★★

Como vimos anteriormente Moisés llego del linaje de la tribu Leví, sus padres fueron hebreos, y la nodriza de la egipcia que lo adoptó fue su madre. Quien a través de su crianza le enseñó algo sobre sus costumbres. Esa herencia de los egipcios y los hebreos, le sirvió para contemplar ambos escenarios e irse preparando para su misión.

Más adelante un impulso lo llevaría a defender a un israelita cuando vio la crueldad e injusticia por la que pasaban. Es así que Moisés da muerte al egipcio y lo esconde en una arena. Pero es visto por alguien hasta que este asunto llego a oídos del Rey. Quien mando capturarlo para luego juzgarlo por el crimen que había cometido.

Este hecho lo hizo huir de Egipto hacia el desierto, lugar donde se convirtió en pastor y conoció a Ziporá, quien sería su esposa y madre de sus dos hijos.

En un evento rutinario ocurrido durante esos 40 años en el desierto, en medio de la aparente monotonía del desierto, observa una zarza ardiente, que se prendía fácilmente con el calor extremo del desierto, pero que no se apagaba, esto le causo curiosidad, y su corazón le lleva allí a tener su primer encuentro con Dios.

Aquel sitio no es ni más ni menos que el monte Horeb conocido también como Sinaí. Allí inicia el Pacto Mosaico o Sinaítico. Donde Dios a través de Moisés renueva el pacto de Abraham para señalar al pueblo como debían obrar y seguir su palabra, mientras los dirigía de nuevo en su Éxodo hacia la tierra prometida.

Una tarea que inicialmente Moisés duda en aceptar, pues no era una tarea fácil y no sabía como manejar esa situación. Pensó en algún momento que era una locura y que nadie le creería que Dios era su guía espiritual. Pues no sabía ni como era su nombre real para tener una seguridad garantizada ante su pueblo.

Así es que Dios se identifica a él mismo como YO SOY EL QUE SOY, luego de esto Moisés procede a preguntarle a Dios y como mi pueblo sabrá que tu me has enviado. Es en ese momento que Dios le envía 3 señales de autoridad: la vara que se convirtió en serpiente, la mano que contrajo lepra y el agua que se convirtió en sangre.

Estas señales de parte de Moisés apuntarían a que alguien más estaba actuando en su nombre, ese era Dios. Moisés procede entonces hablar con su pueblo sobre su gran misión de liberarlos de la esclavitud para llevarlos a salvo a una tierra prometida.

Pero sus palabras no dieron resultado, y la paciencia de Dios se estaba acabando. Es así que Moisés le pide a Dios un portavoz y profeta ara que les comunique a los ancianos de Israel lo que Dios le dice, y también para que hable con el faraón. Dios elije entonces a su hermano a Aarón como su “boca” para trasmitir los mensajes a los israelitas y al faraón.

Moisés y su vocero Aarón se dirigen hacia el Faraón (las 10 plagas de Egipto) ★★★★★

Luego de ello Moisés junto a Aarón se dirigen a donde el faraón para pedirle que dejara ir a su pueblo. Algo que no iba acatar el rey egipcio, proceden entonces las 10 plagas tan conocidas en la biblia.

Estas plagas eran ofensivas directas contra los dioses egipcios. Una manera de señalar el poder de Dios, de imponer sus postura y su mandato. El cual no fue acatado sino hasta la décima plaga. La conocida como Muerte de los primogénitos, es aquí donde Moisés le dice al faraón: “A medianoche, el primogénito o hijo mayor de todas las familias de Egipto morirá, tanto el hijo del faraón como los hijos de los esclavos”.

Los únicos que estarían a salvo serían los israelitas que fueron avisados y siguieron las órdenes de Dios al pie de la letra. Era la de preparar una comida especial, matar un cordero o un cabrito de un año de edad, con la sangre de este marcar las puertas, como señal para que el ángel de la muerte no tocara esas casas. Luego procedían asar la carne y comerla con pan sin levadura. Y estar atentos y listos para irse esa misma noche.

Esta acción tenia dos significados profundos, primero la muerte del cordero sacrificado, era un sacrificio que perdonaba la vida del hijo primogénito. Cuando el ángel de la muerte veía la la sangre del cordero, pasaba por alto aquellas casas. Lo que implicaba que los primogénitos de los egipcios y esclavos murieran al no contar con dicha señal. Entre ellos el hijo (Amenothep) del Rey egipcio Ramsés II.

Y en segunda instancia era una ofensa para los egipcios, pues el cordero era otro dios egipcio y matar uno de esos animales era un crimen capital. Lo que pondría a los israelitas entre la espada y la pared por un lado el no sacrificar el cordero significaría perder a sus hijos primogénitos y la bendición de Dios. Y por el otro implicaría echarse de enemigos a los egipcios quienes no dudarían en matarlos por esa ofensa.

El éxodo del pueblo de Israel y el poder de Dios a través de Moisés ★★★★★

Luego de este suceso y al perder a su hijo, el rey egipcio deja ir a los israelitas, quienes comienzan a marchar de Egipto organizados por familias y tribus. Saliendo unos 600.000 hombres, además de un grupo grande de mujeres y niños. Muchos que no eran israelitas también se fueron con ellos para adorar a Jehová.

El Señor iba al frente de ellos, de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego, para iluminarlos, de manera que pudieran avanzar de día y de noche.
Moisés iba adelante y llevaba con el los restos de José, cumpliendo sus promesas pactadas con los israelitas, de que luego que Dios les visitará para su salida, que llevarán sus huesos con ellos.
No solo esa fue la promesa que llevaron a cabo, también mantuvieron las instrucciones explícitas de Yahvé para seguir la costumbre de sacrificar cada año para esa misma época un cordero, para la comida especial. Algo que se conoce como la Pascua en donde los israelitas recuerdan su libertad.

Luego de ello llegaría uno de los acontecimientos épicos mas importantes del Éxodo, mientras estaban saliendo de Egipto, el faraón cambia de opinión y junto a su comitiva se van detrás de los israelitas. Ellos ahora tenían un gran problema estaban llegando al Mar Rojo y no había posibilidad alguna de atravesarlo.

Allí es que Moisés por medio de Yahvé levanta su bastón y extiende su mano sobre el mar para dividirlo, al hacer ello se ve tierra seca, para que los israelitas crucen sin mojarse. Ya cuando iban a mitad de camino llega la tropa de faraón que cruzan por el mismo sitio, para luego ser arroyados por el agua cuando Moisés extiende su mano sobre el mar para que volviese a su lugar.

Después parten de Sucot, para acampar en Etám, al borde del desierto. Y es allí donde comienzan los inconvenientes pues nadie había dicho que esa travesía por el desierto sería fácil. Los israelitas empiezan a protestar contra Moisés y Aarón: Ya que la sed y sobre todo el hambre se apoderó de ellos. Recuerdan entonces que en Egipto por lo menos no les faltaba la comida, una situación que incomodó a Dios al ver que su pueblo aún no creía en él y ni en lo que había hecho por ellos al librarlos de la opresión egipcia.

Más sin embargo Dios ayuda a su pueblo entonces es cuando del cielo comienza a caer un rocío blanco como la semilla de cilantro y tenía un gusto semejante al de las tortas amasadas con miel. Un alimento que la casa de Israel llamaría maná. La misma que Aarón depositó en el Arca de la Alianza para recordarles a los israelitas sobre el verdadero pan del cielo, un alimento divino para nutrir las esperanzas de su pueblo.

Después de ello continuaron su travesía por etapas, conforme a las orden de de Dios. Llegando a Refidím, un pueblo donde no había agua para beber. Iniciarían de nuevo las quejas y reclamos por parte de los israelitas hacia Moisés. Quien asustado de pronto por llegar a ser amonestado por su pueblo habla con Dios para que le ayude con eso.

Aquí Dios le pedí que vaya acompañado de algunos ancianos de Israel y con su bastón el mismo con el que golpeo las aguas del Nilo. Golpeará en la roca indicada por el señor y que de ella brotaría agua para que los israelitas pudiesen beber.

Superado este inconveniente surge otro de gran importancia, es cuando los amalecitas los atacaron en Refidím. Y aparece en el escenario Josué el primer ayudante de confianza y ministro de Moisés. A quien Moisés le encarga la tarea de reunir algunos hombre para combatir contra Amalec. Una orden que acata inmediatamente y sale a luchar contra ellos, mientras Moisés apoyado de su bastón y la bendición de Dios lo apoya desde la cima del monte. Pues mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec.

Llegaría un momento que sus brazos no darían entonces Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno a cada lado. Con la finalidad de mantenerlos firmes hasta la puesta del sol, consiguiendo de esa manera, que Josué derrotará a Amalec y a sus tropas al filo de la espada.

La renovación del Pacto con Moisés en el monte Sinaí (La Ley de Dios) ★★★★★

Pasado un tiempito (3 meses) llegan finalmente al desierto del Sinaí, en donde establecen su campamento en frente de la montaña. Fue allí donde Dios se le apareció a Moisés por primera vez en una zarza ardiente y sería allí en el monte Horeb donde se establece de nuevo el pacto con Dios, que involucraba a la ley, sacrificio y la elección de obedecer para ser bendecido o desobedecer para perder la gloria de Dios.

Moisés procede a subir y a encontrarse con Dios nuevamente. El señor lo llama desde aquella montaña y le dice que debe hacer. Luego de ello convoca a los a los ancianos de Israel y les expone todas las palabras de Yahvé, en donde se le pide al pueblo de Israel respetar unas leyes divinas para su propia convivencia, glorificar a Dios sin llegar al fanatismo o a la idolatría y unas leyes morales para no quebrantar.

Después le comunica todas estas mismas palabras a su pueblo quienes deciden a poner en practica todo lo dicho por Dios. Moisés le comunica la respuesta del pueblo de Israel a Dios, a lo que Dios le responde que él vendrá a encontrarse con Moisés en una densa nube, para que el pueblo puedo escucharlo mientras habla con él.
Le comenta que eso será al tercer día y mientras deberán ser purificados para ese encuentro. Que ese día el descenderá sobre la montaña del Sinaí, a la vista de todo el pueblo. Pero les impone unas advertencias en las cuales ninguno debe tocar los bordes de su montaña o serían castigados con la muerte. Quien haga caso omiso será apedreado o muerto con una flecha, por el pueblo. Y que cuando suene la trompeta ellos podrán subir a la montaña.

Llegado el día hubo truenos y relámpagos, entonces una densa nube cubrió la montaña y se oyó un fuerte sonido de trompeta. Algo que estremeció a todo el pueblo israelí que andaba en el campamento. Moisés procede entonces a pedirle al pueblo de Israel asistir al encuentro de Dios, y todos se detuvieron al pie de la montaña.

La montaña del Sinaí estuvo cubierta de humo, porque el Señor había bajado a ella en el fuego. La montaña temblaba y el sonido de la trompeta se hacía cada vez más fuerte.

Luego Dios le ordena a Moisés que subiera a la cumbre, luego le pide nuevamente que baje y le diga al pueblo que no traspase los límites para ver al Señor, porque muchos de ellos perderían la vida. Incluso los sacerdotes deberán ser purificados para estar en la presencia del Señor. Pues ni siquiera los Serafines que han estado tan cerca de Dios han podido verlo ya que con sus alas cubren su rostro al no poder contemplar directamente la luz de la divinidad.

Moisés baja a donde reunido todo el pueblo de Israel y es allí cuando Dios habla directamente a su pueblo. Y les comunica sobre las leyes morales, sociales y religiosas que deben cumplir para formar parte del pacto mosaico.

Mientras Dios hablaba los sonidos de la trompera eran más estremecedores, al igual que el temblor en la montaña, la densa nube, el humo y los relámpagos. Por lo que los israelitas le piden a Moisés que sea él quien les hable, y no Dios al que le temen. Un temor en ese momento para evitar que su pueblo pecará.

Moisés se acerca a la nube oscura donde estaba Dios, el sigue comunicando sus requerimientos en donde pide reiteradamente que no le adoren con dioses falsos de oro o de plata. Que le hagan un altar en la tierra es decir el Tabernáculo, donde se recuerde su nombre. Dios ya tenia pensado una especie de celebración eucarística con objetos litúrgicos con un significado espiritual.

Encontrando así el Arca de la Alianza, la mesa de los panes de la ofrenda para las libaciones, el candelabro, la morada, el velo del santuario, la cortina de entrada, el altar de los holocaustos, aceite para el candelero, las vestiduras del sumo sacerdotes, el efod, el pectoral, el manto, el turbante y su flor, la túnica y la faja, las vestiduras de los sacerdotes, el banquete sagrado, la ceremonia de investiduras, oleo de la unción, incienso sagrado entre otros.

El becerro de Oro y la gran ofensa contra Yahvé ★★★★★

Después de aquellas peticiones para su adoración Dios le dice a Moisés que subiera a la montaña de nuevo pero esta vez para que se quedará varios días (40 días y 40 noches). Allí le daría las tablas de piedra, con la ley y los mandamientos para instruir al pueblo de Israel.

La nube cubrió la montaña, y la gloria del Señor se estableció sobre la montaña del Sinaí, que estuvo cubierta por la nube durante seis días. Los demás días Moisés estuvo en comunicación con Dios. Hasta que pasado el mes el pueblo de Israel comenzó a impacientarse.

Insistieron para que Aarón que en ese momento era su guía les fabricará un dios visible que pudiesen adorar. Les fabrica un becerro de oro, un dios egipcio de la fertilidad, quizás idea de algunos israelitas que trajeron consigo las tradiciones de adorar al dios Apis becerro sagrado de los egipcios. O también al símbolo de Baal (divinidad cananea de las tormentas).
Luego de ello el pueblo se sentó a comer y beber, y después se levantó para divertirse. Algo que molesto a Aarón quien pensó que con haberles cumplido con lo de la divinidad ya estaban más pacientes. Pero esto empeoraba cada vez más que Aarón se vio limitado y temeroso por su vida. Razón por la cual Aarón perdió el control sobre su tribu, pues la mayoría de israelitas habían sucumbido.

Dios entonces instruye a Moisés para que baje del monte Sinaí porque algo terrible estaba sucediendo con su pueblo. Nada más ni menos que los israelitas habían violado su juramento y su pacto, al adorar otro Dios y querer representar su imagen en un objeto físico.

Dios estuvo tan dolido que quiso acabar con el pueblo de Israel, pero Moisés intercede anteponiendo su vida a cambio de salvar la de ellos.

Llega allí y es cuando presencia todo aquel desorden derivado de un becerro de oro. Cuando esta frente a ellos siente tanta ira que rompe las tabletas de las leyes de Dios. Y Dios envía una plaga para acabar con los que estaban profanando su nombre, Moisés por un lado quema el becerro de oro y lo funde completamente. Algunos desechos contaminan el agua, entonces Moisés hace beber de esta a algunos que seguían desobedeciendo.
Por otro lado Aarón comienza a excusarse y a buscar culpables. Además miente de que la forma del becerro fue creada por si misma al fundir los metales preciosos. Algo para preservar su vida, pues sabía que en gran parte tenía culpa al no poder controlar a su pueblo. Luego de ello se arrepiente y esta al lado de Moisés y su Dios.

Después de ese escenario tan bochornoso Dios no acepta la oferta de Moisés de ser castigado en lugar de ellos. Y le afirma que cada quién es responsable por sus propios pecados.

Entonces a Moisés se le ocurre hacer un llamado a la santidad. Le dice a su pueblo “Todo el que esté de parte del Señor, que se pase de mi lado”. Es allí cuando se unen todos los de la tribu de Levi. Otras tribus quedan en el medio como imparciales y otros continúan en su libertinaje y falsa adoración.

Dios al ver esta situación le ordena a los que están con Dios y fueron imparciales que sacaran sus espadas y recorrieran todo el campamento para matar a los impíos que seguían adorando ídolos falsos y profanado su nombre con actos pecaminosos. Y aquel día los levitas y otras 2 tribus mataron como a tres mil israelitas.

Después de este acontecimiento Dios lleva a cabo la obra que ya había planteado anteriormente que es la de construir el tabernáculo, un altar construido de acacia cubierto de bronce. Un santuario consagrado, como la posible morada de Dios, en donde su pueblo podía residir para adorar y comunicarse con el señor, como un motivo de adoración por todo lo que El había hecho por su pueblo.

Dios elige entonces a Aarón y a sus hijos para que le sirviesen como sacerdotes. Estos representarían al pueblo ante Dios (ofreciendo sacrificios) y así mismo a Dios ante el pueblo (dando instrucción). Es decir predicando su palabra, su mensaje y sus obras. Pues el pueblo necesitaría más adelante experimentar la presencia de Dios y un lugar sagrado.

Y que mejor que calificar a los levitas para la consagración, quienes estuvieron al lado del señor y no dudaron en seguirlo a través de Moisés. Gracias a ese acto de bondad y fidelidad se convirtieron en la tribu sacerdotal y fueron bendecidos por Dios de una manera especial.

Dios se conduela de las súplicas de Moisés (nuevas tablas de los Mandamientos) ★★★★★

Pasado ese acto Moisés procede de nuevo a reunirse con Dios en aquel monte sagrado (Horeb) y vuelve a interceder por su pueblo en busca de su perdón. Siendo parte del sufrimiento y las consecuencias que ello llevaría por haber pecado.

Dios al escuchar estas palabras de Moisés se conduela y les perdona el pecado, los reconoce como su pueblo nuevamente y les promete guiarlos a la tierra que les había prometido a sus antepasados.

Procede entonces a pedirle a Moisés que labre dos tablas de piedra semejantes a las primeras que había quebrado. Y en aquellas escribiría lo mismo que había escrito en las primeras. Durando en aquel monte sagrado el mismo tiempo que la primera vez, es decir los 40 días. Allí platicó con Dios y todo ese tiempo que él estaba ausente, el pueblo lo esperó en el campamento y no trató de hacer otro ídolo.

Una vez más, Moisés bajó del monte con las dos tablas de los Diez Mandamientos. Sin saber que por haber permanecido tanto tiempo en la gracia de Dios, de su rostro salía un rayo de luz.

Derivada del perdón de Dios, pues en esta instancia el Señor estaba en su divina plenitud gracias a la obediencia de su pueblo. Razón por la cual el rosto de Moisés estuvo tan brillante que la gente no podía verlo cara a cara, sino escucharlo.

Ese sería el antecedente para la transfiguración de Jesús, en ese estado de Gracia, los hijos de Israel no pueden poner los ojos en la faz de Moisés á causa de la gloria de su rostro. Tal como sucede con las apariciones de Dios nadie puede ver a través de esa luz tan intensa, pues quedará ciego o morirá.

Al colocarse el velo Moisés sobre su cara era porque estaba descansando y en ese momento ya no estaba siendo el portavoz del Señor.

Después de estos sucesos Moisés las comunica al pueblo de Israel que la rebelión contra los mandamientos de Dios, les había llevado como desgracia el vagar interminablemente por el desierto. Un periodo de purificación espiritual que era necesario antes de entrar a la tierra prometida.

El pueblo de Israel y los 40 años deambulando por el desierto (Desaparición de Moisés) ★★★★★

Luego de todos estos acontecimientos que se sellaron con la Ley de Dios (10 mandamientos) los israelitas vivieron en el monte Sinaí por un año, luego la nube se alejó del tabernáculo y los israelitas la siguieron por el desierto.

Llevando con ellos el arca de la alianza y la fe de que en algún momento llegarían a la tierra que se les había prometido.

Pasado un tiempo los israelitas volvieron a decaer, y ya cansados del maná y las codornices, querían probar diferentes alimentos. Pero su impaciencia sería su debilidad y condena. Pues Dios les había prometido la tierra de Canaán, pero todo a su debido tiempo, pues debían fortalecer su fe antes de entrar allí.

Moisés y los israelitas no aguantan la curiosidad de conocer aquella tierra, aunque esto aún no se les había permitido por su anterior pecado en el monte Sinaí. Para ello Moisés envía 12 espías. Ellos regresan con muchas frutas, con buenas noticias acerca de la fertilidad de la tierra. Pero también veían imposible conquistar aquel sitio, pues estaba muy bien amurallado y grande en ejercito.

Al ver esto ellos tuvieron miedo y flaquerón de nuevo en su fe, se fueron en contra de Moisés, diciéndole que volverían a Egipto. Algo que a Dios le molesto notablemente.
Moisés intercede de nuevo con Dios, este les perdona ese acto de debilidad de fe, pero no les permite entrar a la Tierra Prometida. Y además le pide a Moisés que regresen de nuevo al desierto.

Que debían vivir allí por 40 años ya que los israelitas más viejos no tenían fe en Dios y morirían allí por ese acto. Pero sus hijos en cambio crecerían e irían a la tierra prometida.

Durante la estadía en el desierto hubo un tiempo que el agua empezó a escasear, algo que había ocurrido anteriormente entonces Moisés y Aarón se dirigen a una roca la golpean una vez como lo habían echo anteriormente y no sale nada de agua. Entonces Moisés golpea de nuevo la roca y sale abundante agua para su pueblo. El problema aquí fue que en esta ocasión obraron sin el consentimiento de Dios y aparte de ello se dieron crédito, dando a entender que ellos habían hecho ese milagro.

Este acto ofendió al Señor y no dudo en un instante en aparecer a Moisés en sus sueños. Y le recalca el no haber creído en él para santificar a los israelitas, llevándose los créditos, razón por la cual el y su hermano no gozarían del privilegio de entrar a la tierra prometida.

En cuanto a Aarón se le pide que suba al monte Horb junto a su hijo Eleazar. Y con toda la comitiva allí le pide a Moisés que le quite los vestidos a su hermano Aarón y se los de a Eleazar. Aaron moriría allí en la cumbre del monte como castigo al desobedecer el mandato de Dios en varias ocasiones.

Moisés seguiría predicando la palabra del Señor en el Desierto y haciendo cumplir las leyes de Dios. En ese trayecto el pueblo vuelve a protestar contra Dios y contra Moisés, ya estaban cansados de comer el maná. Entonces Dios como castigo, les mandó serpientes venenosas. Muchos murieron bajo esas circunstancias.

Moisés intercede nuevamente por ellos y le pide a Dios que haga algo para salvar a quienes estuviesen arrepentidos. Le manda entonces fabricar una serpiente de bronce para colocar sobre un mástil y que todo aquel que fuese mordido por una serpiente y mirase a la de bronce sobre el mástil, para vivir.

Siendo esto otra prefiguración de Jesucristo, clavado en la Cruz; desde la Cruz, Jesús nos libra del veneno del pecado, nos redime y nos salva. Además utilizado más adelante en algunas regiones como un símbolo para protegerse de la mordedura venenosa de los reptiles.

Después de un tiempo le llegaría la hora de partir a Moisés. Teniendo 120 años, Yahvé le pide a Moisés que fuera a una montaña desde donde contempla la tierra de Canaán, que era la tierra que Dios había prometido a los israelitas. Y luego de ese acto bondadoso Dios se lleva a Moisés al cielo. Pues nunca se encontró su cuerpo después de ese momento.

Fuentes bibliográficas: Moisés y los 10 Mandamientos ★★★★★

  • Dr. Kittim Silva (autor). Moisés el Libertador. (Ed. Editorial de su Confianza); páginas (140-159); Fecha [2010].
  • Bruno Doucey (autor). Moisés. (Ed. Ediciones Akal); capítulos (1,5,7); Fecha [2003].
  • Juan Jose Murillo Campillos (autor). Moisés ¿un mito real?. (Ed. Penguin Libros); capítulos (3,4,5); Fecha [2020].
  • Blue Letter Bible (Página Web). El nacimiento de Moisés y su vida temprana; Fecha [2012]. David Guzik: Autor. Recuperado de:
    https://www.blueletterbible.org/Comm/guzik_david/spanish/StudyGuide_Exo/Exo_02.cfm
  • Moisés, hombre de Dios (DT 33,1) Moisés, humano y divino. [PDF file]. Páginas (10); Miguel Pérez Fernández: Autor. Recuperado de:
    https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4282579.pdf
  • Santa Biblia Wiki (Página Web). Moisés; (Ed. Fandom en Libros). Recuperado de:
    https://santabiblia.fandom.com/es/wiki/Mois%C3%A9s
  • Clerus.org (Página Web). Éxodo; Fecha [14/06/2004]. Recuperado de:
    http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-06/09-15/002.html
  • El Exodo. [PDF file]. Capítulos (4); Páginas (45); Desconocido: Autor. Recuperado de:
    https://s3.amazonaws.com/texasbaptists/baptistway-press/bigcommerce/language-studies/spanish/exodussp_sgonly__78272.pdf
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